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IndiaEUROPA PRESS

La recesión lleva meses amenazando a las principales economías mundiales, y los analistas de Nomura alimentan estas expectativas al apuntar a sendas contracciones en Europa y Estados Unidos en 2023, aunque en este contexto habrá países que pesquen en río revuelto, y los del sureste asiático, junto a la India, se frotan las manos ante la expectativa de atraer mayores capitales.

De esta manera, desde la firma japonesa señalan que "una vez que se estabilice la situación macroeconómica mundial", el conteniente asiático será destinatario de grandes flujos de capital, "como consecuencia de mejores perspectivas de crecimiento y mayor solidez respecto a otras regiones". Su previsión de crecimiento para el PIB asiático es del 3,9% en 2023, para repuntar al año siguiente hasta el 4,3%.

Asimismo, esperan que "la recesión desencadene una ralentización de la inflación más rápida en Asia a partir del segundo trimestre de 2023, lo que permitirá a los bancos centrales hacer una pausa y recortar los tipos de interés en el segundo semestre de 2023 y en 2024".

Mientras, Estados Unidos y Europa entrarían en recesión, según las mismas previsiones, en el primer semestre de 2023. El pronóstico para el crecimiento del PIB estadounidense es del -1% interanual en 2023, frente al -1,6% previsto para la zona euro y el -1,4% esperado en Reino Unido.

"Una vez que el polvo global se asiente, esperamos que Asia tenga un desempeño superior, con la región atrayendo grandes flujos de capital. Una recuperación cíclica de China puede fomentar una perspectiva más favorable para economías del noreste de Asia, pero vemos a India y partes del sudeste de Asia como las economías campeonas", han destacado.

EXPORTACIONES Y VENTAJAS COMPARATIVAS

La evolución de las economías asiáticas dependerá en gran medida de cómo se comporten sus exportaciones, y en este sentido destaca especialmente el sector de los chips, con la gran cuestión de fondo de si su recuperación tendrá forma de 'U' o de 'V'.

"Han comenzado los recortes en la producción industrial, en línea con la debilidad de los envíos, pero los inventarios se mantienen elevados en los sectores de semiconductores, productos químicos, metales básicos y equipos eléctricos, lo que significa que la reducción de existencias será un lastre significativo para el crecimiento del PIB hasta mediados de 2023", destacan desde Nomura.

Además, señalan que en este entorno, es poco probable que la demanda interna sea inmune, debido al peso que ejercen unas condiciones financieras estrictas, la demanda débil y la incertidumbre generalizada. Estos factores probablemente retrasen los planes de gasto de capital, mientras que las previsiones apuntan a una moderación en la demanda de consumo, impulsada por un mercado laboral más frío y por los efectos negativos sobre la riqueza.

Entre las ventajas comparativas que Asia presenta frente al bloque occidental se encuentran un menor nivel de inflación, menor exposición a la crisis energética, y unas condiciones monetarias que en la mayoría de las economías asiáticas (excepto Corea) son neutrales en lugar de restrictivas.

Además, en términos relativos, los mercados emergentes de Asia destacan por tener mejores fundamentales, como son el mayor crecimiento, menor inflación, mayores reservas de divisas y menor deuda pública (excepto China, India y Malasia). La menor propiedad extranjera en bonos locales y acciones también hacen que los mercados financieros asiáticos sean más resistentes.

Sobre la salud de la renta fija asiática, desde Nomura destacan que "los países persiguen reformas para mejorar la facilidad para hacer negocios (India e Indonesia), los balances se han desapalancado (India) y algunas economías en el sudeste de Asia e India deberían beneficiarse de la diversificación comercial y de inversiones en curso lejos de China".

EL PAPEL DE CHINA

El análisis realizado por la firma descansa sobre la suposición de que se producirá una reapertura gradual de China después de marzo de 2023, y advierten que si esto no sucede "podría tener efectos colaterales en la velocidad de recuperación en el consumo de China y sus mercados inmobiliarios".

Su escenario base dibuja un crecimiento del PIB del gigante asiático del 4,8% interanual en 2023, desde el 2,8% en 2022, además de un incremento de la salida de turistas chinos al 55% de los niveles previos a la pandemia en el cuarto trimestre de 2023, desde el 19,6% registrado en el mismo periodo de de 2022.

La exposición del continente a China es elevada, y se articula en base a tres elementos básicos. El más relevante es el canal de exportación, ya que el gigante acapara cerca del 60% del comercio exterior de las economías asiáticas, con Singapur, Malasia y Taiwán como países más dependientes.

También ejerce una influencia destacable en el resto del continente a través del precio de las materias primas y del turismo, ya que antes de la pandemia, los viajeros de China representaban más de un tercio (35,3% en 2019) del total de llegadas de turistas a la región.

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