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Yngve Slyngstad, consejero delegado del NBIM noruego.Bolsamanía
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De estado a estado. Bankia siempre fue política de estado. Desde su creación a su salida a bolsa, hasta su actual accionariado. Para muestra de lo anterior, la identidad del último inversor en incorporarse el proyecto de José Ignacio Goirigolzarri.

Noruega, a través de su fondo soberano y el Norges Bank (banco central), ha anunciado la compra del 3,26% del capital de Bankia (93,9 millones de acciones) por un importe de 381 millones de euros, según consta en los registros del regulador CNMV. Con esta participación, el Reino de Noruega se convierte en el segundo mayor accionista tras el Reino de España.

La inversión de Noruega, custodiada por su banco central, se produce después de la venta acelerada este martes del 7% por parte de España, que a través del FROB, controla el 100% de Banco Financiero de Ahorros (BFA) y dos tercios de la filial Bankia. Según el comunicado enviado a la CNMV, el Norges Bank cuenta desde ayer con el 3,2% de Bankia y de este porcentaje, declara una préstamo de valores a terceros (inversores bajistas) del 0,8% del banco.

El Gobierno que dirige Mariano Rajoy, bajo el asesoramiento del ministro Guindos, dio orden a UBS, Morgan Stanley y Deutsche Bank para que encontrasen compradores para el 7% de Bankia. La desinversión, obligada por las restricciones impuestas por Bruselas a cambio del rescate financiero de España en 2012, se ha realizado antes del cierre de 2017 y en condiciones no demasiado ventajosas para el Estado. España reduce así su participación del 67% al 60% de Bankia.

Para los noruegos es sólo una más de sus inversiones en nuestro país. El fondo posee acciones de cerca de 80 empresas cotizadas españolas y una cartera de deuda ibérica de miles de millones. El NBIM (Norges Bank Investment Management, NBIM, por sus siglas en inglés) mantiene 41.514 millones de coronas noruegas (4.369 millones de euros al cambio actual) en deuda del Tesoro español al cierre del tercer trimestre.

En 2016, por primera vez en tres años, el NBIM redujo su exposición a España, donde mantenía una posición valorada en unos 14.134 millones de euros al cierre del año pasado. Algo más de la mitad de todo ese dinero se encuentra invertido en BBVA, Santander, Telefónica, Iberdrola e Inditex.

Noruega también mantiene en el balance de su fondo la deuda de 32 emisores con sede en España, en su mayoría, Administraciones Públicas (AAPP), entre ellas, Cataluña. En total, el fondo mantiene 48.083 millones de coronas (5.432 millones de euros).

PÉRDIDAS PARA EL CONTRIBUYENTE

De hecho, los contribuyentes españoles, dueños en última instancia de la participación de Bankia tras la inyección de 22.400 millones de euros realizada en 2012 al banco de cajas y su matriz BFA, han perdido 119 millones de euros con esta última operación, según estimaciones de Bolsamanía.

Dicha cifra surge de la valoración realizada por la entidad en su plan estratégico de 2012-2015, en el que hace referencia a la anterior venta del 7,5% de Bankia, ejecutada en 2014 a un precio de 6,03 euros por acción y que generó plusvalías de 300 millones de euros. Aquella transacción valoró cada título de Bankia en manos de BFA, matriz del banco, en 4,65 euros, muy por encima de la venta a 4,06 euros anunciada este martes y en la que han entrado los noruegos.

Sin embargo, las urgencias por vender han cogido al Gobierno a contrapié en esta ocasión y con la cotización de Bankia en horas bajas. "Los planes del Gobierno pasan por privatizar Bankia tan pronto como sea posible, pero sin perder de vista el principio de maximización", dijo en septiembre el ministro Luis de Guindos.

Tras la venta de los dos tramos de acciones en febrero de 2014 y en este diciembre, el Estado habrá ingresado alrededor de 2.100 millones por la venta en bolsa de acciones de Bankia, el 14,5% de su capital, a los que habría que sumar cerca de 530 millones de euros en dividendos pagados desde julio de 2015, cuando reinstauró la devolución al accionista.

Al cierre de 2017, el Estado se aleja de la posibilidad de recuperar las ayudas públicos al banco público. La suma de las desinversiones y dividendos se sitúa en apenas 2.630 millones, una cuarta parte (25%) del dinero directo inyectado en Bankia, pero apenas un 11,8% de los 22.400 millones que supuso el rescate conjunto de su matriz BFA.

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