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El gasto con tarjeta supera con creces el nivel prepandemia, con independencia del canal y la nacionalidad. En marzo, según los datos recogidos por BBVA, las compras con tarjeta fueron un 64% superiores a las realizadas en el mismo mes de 2019. Y esto a pesar de que el paro de transportistas moderó el incremento del consumo con tarjeta en la segunda quincena del mes, sobre todo en el canal presencial.

En comparación con 2021, el gasto con tarjeta aumentó un 39%, lo que supone un freno frente al crecimiento del 53% registrado en febrero. El avance fue mayor en el canal no presencial (74%) que en el presencial (25%). De hecho, la desaceleración del crecimiento fue más acusada en las compras presenciales (-18 puntos), sobre todo, con tarjetas extranjeras (-55 puntos).

Así se desprende de los datos aportados por la entidad, que destaca que el paro del transporte frenó el incremento del consumo con tarjeta en la segunda quincena del mes, principalmente en el canal presencial. A esto se añade el efecto base causado por el inicio de la Semana Santa en marzo de 2021, que distorsionó la comparación interanual en los últimos días de marzo y los primeros de abril.

El avance del comercio electrónico y la ralentización de la demanda presencial acentuaron la participación de las transacciones no presenciales en la cesta de la compra con tarjeta hasta el 34%, máximo histórico. El peso del gasto con tarjetas extranjeras también creció, pero se mantuvo por debajo de las cifras prepandemia.

El incremento del 7% interanual del tique medio, impulsado por el repunte de la inflación, contribuyó al aumento de las compras con tarjeta en marzo. Por el contrario, el descenso de la movilidad asociado a la huelga de transportistas y la crisis energética habrían limitado la aportación del número de comercios al avance del gasto.

Por sectores, el crecimiento del gasto perdió impulso en todos ellos, excepto en el de alimentación. La ralentización del consumo fue mayor en algunos servicios, como alojamiento, restauración, viajes y ocio, y en los bienes que no son de primera necesidad, como deportes, moda y equipamiento del hogar.

El crecimiento del tique medio repuntó en algunos de los sectores más expuestos al aumento de precios y con una demanda más inelástica, como transporte, alimentación y grandes superficies, y se desaceleró en actividades recreativas, como alojamiento, ocio y restauración. La atonía de las transacciones, por el contrario, fue generalizada.

El gasto en otros servicios, que incluyen las plataformas de comercio electrónico y las suscripciones online, representó un 26% del total en marzo de 2022 frente al 11% en el mismo mes de 2019. Alimentación, salud, restauración y ocio corrigieron el avance registrado en 2021, mientras que moda, viajes y alojamiento todavía se situaron lejos de su peso precrisis.

El repunte de las compras de bienes durante la primera quincena de marzo debido a un adelantamiento de la demanda compensó el descenso durante la última semana, por lo que la composición de la cesta de consumo con tarjeta se mantuvo estable: los servicios representaron el 63% del gasto y los bienes, el 37% restante.

Con independencia del canal, los gastos en viajes, alojamiento y ocio fueron los que más crecieron el pasado mes. Sin embargo, la ralentización de la demanda fue generalizada e, incluso, las compras presenciales de equipamiento del hogar y artículos deportivos y las no presenciales de tecnología y salud retrocedieron.

El gasto presencial aumentó en todas las provincias el pasado mes, pero menos que en febrero.

Por otro lado, en cuanto a las retiradas de efectivo con tarjeta, crecieron el 11% interanual en marzo y superaron en un 6% el nivel prepandemia, aunque perdieron impulso en la segunda quincena del mes. El peso de los reintegros en el total de operaciones se situó en el 20%, cuatro puntos menos que en el mismo periodo de 2021.

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