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El dinero de plástico vive un buen momento, a pesar de que cada vez cuenta con más competidores. El pasado año, el número de tarjetas en circulación, sumando las de crédito y las de débito, alcanzó los 83,7 millones, un 5,6% más que en el ejercicio precedente. Se utilizaron para pagar un total de 147.431,09 millones de euros a través de 3.903,6 millones de operaciones, lo que supone una subida del 13,83%, la mayor desde 2007.

Según los últimos datos publicados por el Banco de España, el número de tarjetas en circulación ha venido aumentando desde 2014, tras unos años con altibajos, después de crecimientos de dos dígitos durante los ejercicios previos al estallido de la crisis económica.

En concreto, en 2018, de las 83,7 millones de tarjetas emitidas, 36,64 millones corresponden a crédito y 47,08 millones, a débito. Con aumentos del 6,57% y del 4,86%, respectivamente. El año anterior, el número de tarjetas de crédito emitidas se situó en 52,35 millones, mientras que el de débito fue de 26,93 millones.

Esta diferencia se explica por la modificación de criterios que ha hecho la institución a partir del primer trimestre de 2018 de acuerdo al reglamento del Parlamento Europeo. Esto supone que, para cumplir con los estándares, gran parte de las tarjetas consideradas de crédito han pasado a registrase como de débito.

En cuanto a las compras pagadas con dinero de plástico, no paran de crecer, llevando la contraria a todos aquellos que aseguran que el futuro de los medios de pago tiene un hueco cada vez más reducido para las tarjetas. Aunque es verdad que su uso ha alcanzado récord, acumulando tres años consecutivos con crecimientos de doble dígito, el volumen pagado no sube con tanta alegría.

Algo que puede deberse a que las tarjetas se utilizan cada vez más, pero incluso para pagos pequeños, mientras que tradicionalmente este medio ha sido el elegido para grandes compras. De hecho, la variación interanual respecto al importe de las compras aumentó en 2018 poco más de un 9%, en línea con los años anteriores.

Sin embargo, el mayor protagonismo de las tarjetas para pagar las compras se contrapone al uso de los cajeros automáticos. El pasado año, las operaciones de retirada en efectivo apenas crecieron un 0,12%, el menor ritmo registrado históricamente, mientras que el aumento de importe retirado no llegó al 2%, en niveles de 2014, con 124.864,1 millones de euros. Esto lleva a pensar que los españoles acuden cada vez menos al cajero, pero cada vez que lo hace retira una mayor cantidad. De media, en cada ocasión se retiró 133,6 euros, en comparación con los 114,4 euros de media de hace una década.

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