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Después del ajuste producido entre 2019 y 2020, las tarjetas revolving han vuelto a encarecerse. En el último año sus intereses subieron cerca de un 1%, lo que ha provocado que la brecha entre este producto y el resto de tarjetas se incremente. Ya son hasta un 3,15% más caras que las tarjetas convencionales.

Aunque se esté produciendo una subida general en los diferentes instrumentos de financiación, es más acusada en las tarjetas revolving. En concreto, las tarjetas revolving suben hasta un tipo de interés medio TAE del 21,15%, lo que supone un 0,98% más respecto a 2021, según el último barómetro realizado por la asociación de usuarios financieros Asufin.

Además, esta diferencia es más acusada que el año anterior, cuando era del 2,46%. Destacan que su elevada TAE media se debe principalmente al impacto de las comisiones sobre algunas tarjetas, así como a que los tipos nominales ya han dejado de bajar. "De hecho es preocupante que la diferencia entre tarjetas revolving y el resto de tarjetas de crédito se eleve hasta el 3,15%", dicen.

Los seguros representan el mayor coste añadido. Su impacto en el precio es indirecto, porque eleva el coste global de la operación. Pero también suponen un encarecimiento en la forma de pago. "En todas las tarjetas, lo primero que se descuenta de la cuota son los intereses, pero lo segundo es el seguro. Por ello, solo el remanente de sumar estos dos conceptos se dirige a amortizar el capital, a disminuir la deuda. Por tanto, no solo es una práctica que eleva el coste, aunque sea para constituir un elemento de protección, sino que alarga el proceso de pago de la deuda generada con las tarjetas revolving", explican.

DISPARIDAD EN EL MERCADO

A pesar de la tendencia subida, Asufin señala que sigue registrándose una enorme disparidad entre las tarjetas que ofrecen una TAE más cara, la Tarjeta Después Oro de BBVA, con un 36,34% TAE, y la más barata, la Visa Proyecto de Abanca, con un 11,85% TAE.

"Esta diferencia se debe, en primer lugar, a los tipos nominales: el de BBVA es del 18%, mientras que el de Abanca es del 11,25%. En segundo lugar, se debe al cobro de comisiones. Por ejemplo, y si tenemos en cuenta los costes de emisión, las dos tarjetas más caras, la Después Oro de BBVA y la Después de BBVA tienen un coste de emisión de 80 y 43 euros, mientras que la de Abanca no los cobra", comentan.

Consideran que es importante destacar que la que fue durante mucho tiempo la tarjeta más cara, la Visa Diamond Infinite Credit de Openbank, se sitúa ahora la quinta en la cola (20,57% TAE), ya que aunque tiene un coste de emisión (lo ha rebajado hasta 55 euros) también ofrece el tipo de interés nominal más económico, un 9,57%.

En el lado más caro, se sitúa la tarjeta Visa & Go de CaixaBank en tercera posición con un 22,42% TAE debido a que es la tarjeta con el tipo nominal más elevado, un 20,4%. Por su parte, Santander ha abandonado el mercado de tarjetas específicamente revolving, al simplificar su cartera y ofrecer activamente solo un único modelo de tarjeta de crédito, aunque con un tipo de interés similar a las de la revolving (18% nominal, 19,56% TAE).

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