• Las líneas rojas sobre el Brexit de Bruselas descartan específicamente cualquier "degradación" de los derechos de los ciudadanos de la UE que llegan al Reino Unido
  • Ejecutivo británico cree que el 29 de marzo es también la fecha más apropiada para empezar a recuperar el control de sus fronteras
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En la vigilia de que el Gobierno británico haga entrega de la carta oficial con la que notificará al jefe del Consejo Europeo, Donald Tusk, que activa el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea (UE), Bruselas ha dejado claro que se opondrá radicalmente a cualquier tipo de acuerdo que pretenda acabar con la libre circulación de personas en la UE desde este 29 de marzo. La preocupación del Parlamento Europeo es que el ejecutivo de Theresa May pretenda impedir desde el inicio de las negociaciones sobre los términos del Brexit que los ciudadanos europeos que se trasladen a Reino Unido, durante los próximos dos, años gocen de los mismos derechos que los ciudadanos británicos.

Informa 'The Guardian' que el jefe negociador de la UE, Michel Barnier, y los eurodiputados quieren evitar que la fecha de notificación del inicio del Brexit sea también la “fecha límite” para la circulación de personas en los ‘Veintiocho’. El rotativo explica que estas son las intenciones del Ejecutivo de Theresa May, según unos informes del Gobierno británico que apuntan en esta dirección. El Parlamento Europeo, en cambio, quiere mantener el status quo, es decir que los ciudadanos de la UE que se trasladen al Reino Unido puedan seguir gozando de los mismos derechos que los residentes en el país y que se les permita vivir y trabajar mientras se lleven a cabo las negociaciones.

Las líneas rojas sobre el Brexit de Bruselas descartan específicamente cualquier "degradación" de los derechos de los ciudadanos de la UE que llegan al Reino Unido

El medio también explica que este asunto fue tema de discusión de una reunión mantenida entre Barnier y varios diputados el lunes por la noche. En el transcurso de este encuentro se decidió modificar la resolución de cinco páginas que detalla las líneas rojas que Bruselas presentará a Reino Unido al inicio de las conversaciones sobre la “repartición de bienes” a uno y otro lados del Canal de la Mancha. El texto ahora descarta específicamente cualquier "degradación" de los derechos de los ciudadanos de la UE que lleguen a Reino Unido en los próximos dos años y se votará en el Parlamento Europeo el próximo miércoles.

El recelo de Bruselas no es en vano ya que no es la primera vez que se habla de que el Ejecutivo conservador cree que el 29 de marzo es también la fecha más apropiada para empezar a recuperar el control de sus fronteras y aplicar desde el minuto cero cambios en el régimen de entrada de personas en el país. Públicamente, los funcionarios británicos nunca han reconocido estas intenciones y afirman, de cara a la galería, que este es un asunto que se debe tratar en las negociaciones.

LOS MIEDOS DE REINO UNIDO

Sir Tim Barrow, el representante permanente del Reino Unido ante la UE, entregará la carta que desencadenará el miércoles las conversaciones del artículo 50 a las 12.30 horas, después de las cuales empezará la larga cuenta atrás de los dos años de conversaciones permitidas bajo el Tratado de Lisboa.

Los motivos de Londres para blindar sus fronteras desde el inicio de este proceso de salida es porque, según fuentes gubernamentales, se teme que una fecha límite al final de los dos años de negociaciones expondrá Reino Unido a una oleada de ciudadanos de la UE que busquen entrar en el país. Sin embargo, la resolución del Parlamento Europeo insistirá en "la equidad, la reciprocidad, la simetría y la no discriminación" para todos los ciudadanos de la UE mientras Gran Bretaña siga siendo un Estado miembro.

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