• La ciudad queda dividida por el río Vístula
  • En Varsovia también se celebra cada año el Oktoberfest
varsovia

En plena Centroeuropa se encuentra una de las ciudades que más ha sufrido durante el último siglo tras la devastadora II Guerra Mundial. Varsovia se redujo a escombros, pero ha sabido levantarse para rendir tributo a su historia y ser una de las urbes más visitadas de Europa en el año.

Varsovia es conocida como La Ciudad Héroe. El nombre es una clara alusión a los malos momentos por las que tuvo que pasar en plena II Guerra Mundial y las dificultades que pasó en los años posteriores a la devastación de sus edificios, aunque luego logró restaurar sus ‘joyas’ arquitectónicas. Pero la capital polaca esconde entre sus calles mucho más que la historia del conflicto bélico. El río Vístula ejerce de separador de las dos partes de la ciudad. La antigua y la más vanguardista y moderna.

La mejor manera de empezar el viaje a Varsovia es conociendo su parte más antigua

Skyscanner ofrece vuelos a Varsovia por 145 euros. El vuelo, desde el aeropuerto de Barajas, tiene salida el viernes 29 a las 10:45 horas. La vuelta es el domingo por la mañana, con llegada a las dos de la tarde a Madrid. A la hora de dormir, el metabuscador ofrece hoteles por 18 euros la noche, en pleno corazón de la capital polaca.

La mejor manera de empezar el viaje a Varsovia es conociendo su parte más antigua, el distrito de Śródmieście. En el centro de Varsovia convivieron judíos, cristianos y ortodoxos durante buena parte del siglo XX. La catedral de San Juan, la Iglesia de San Alejandro o la Iglesia de la Santa Cruz merecen la pena visitarlas. En ésta última se encuentra guardado el corazón de Fréderic Chopin, pianista y compositor de música clásica.

Una vez vistos los templos religiosos, la siguiente parada es la Plaza de la Ciudad Vieja. Aquí podemos observar como fueron pintados algunos de los edificios más importantes de Varsovia antes de ser devastada como, por ejemplo, el Castillo Real. Una vez abandonada la plaza, es conveniente perderse por las calles estrellas de alrededor. Esta zona es un lugar más que oportuno para comer. La vida en general es bastante barata por lo que degustar un menú típico polaco no llega a los cinco euros.

Para relajarse tras haber repuesto fuerzas, el Parque Lazienki es uno de los mejores lugares de la capital polaca. Más de 80 hectáreas de césped, merenderos y pequeñas atracciones, así como una zona de pequeñas cafeterías, hacen de él un marco inmejorable. Además, cerca de este recinto se encuentran el Palacio Wilanów, rodeado por jardines de diseño italiano, y el Palacio Belweder.

PASEO POR EL OKTOBERFEST

¿Y por la tarde noche? Sí, Varsovia también es ciudad de ‘oktoberfest’. La tradicional fiesta de la cerveza en Múnich tiene una dura competencia en Varsovia, donde los bares del centro de la ciudad se engalanan para homenajear al zumo de cebada. La cerveza más consumida es Tyskie, que se elabora desde 1629. Tiene una graduación de 5,6 grados y es de tipo lager. Su botella es de lo más peculiar pues es rojiblanca, como la bandera de Polonia.

Para comenzar el sábado. Nada como hacerlo con la mejor melodía de Chopin. Si el viernes, Varsovia permite estar cerca del corazón del autor, el sábado se puede visitar su museo. Cartas, manuscritos de obras, notas, autógrafos y diversos objetos personales del compositor pueden admirarse durante un recorrido a través de quince fascinantes salas. Una tarjeta electrónica permite la entrada a un mundo virtual que conjuga a la perfección con la magia de Chopin.

Otro de los monumentos más famosos en Varsovia es el Cementerio Judío. Formaba parte del gueto que existió en los años anteriores a la II Guerra Mundial y aún permanece abierto donde se siguen enterrando cuerpos sin vida. Algunas de las personalidades como que L. L. Zamenhof, creador del idioma esperanto, o el escritor Isaac Leib Peretz yacen en una tumba del cementerio.

Por la tarde, es el turno de la zona más moderna de Polonia. Los edificios más vanguardistas, grandes parques, tiendas, cines o teatros se aposentan en el otro lado del río. Desde la plaza Pilsudki se puede llegar hasta el Mercado de la ciudad Nueva, una plaza totalmente destruida durante la II Guerra Mundial que fue reconstruida de acuerdo con el diseño del siglo XVIII que la caracteriza.

En el mismo radio también se encuentra el distrito Praga. El parque Skaryszewski es un buen sitio para respirar tranquilidad y observar los monumentos al compositor polaco Paderewski y a los soldados que lucharon contra la Alemania de Hitler. También es recomendable visitar el museo del neón. Por último, falta conocer la historia de los judíos polacos es una de las más tristes acaecidas en la humanidad, en el Polin Museum.

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