- Hablan de cómo fue la desaparición, del coche en el que los investigadores creen que se la llevaron...
- Expertos criminólogos no dan crédito a lo que dicen estos adivinos
Los investigadores siguen con el caso de la desaparición de Diana Quer, del que cada día se conocen nuevos datos, pero a la vez que avanzan estos trabajos también está produciendo un hecho que preocupa: algunos videntes están intentando hacer negocio con la desaparición de la joven.
Expertos en criminología no dan "credibilidad" a los testimonios de los videntes sobre Diana Quer
En concreto, según ha desvelado el programa 'Espejo Público' de Antena 3, decenas de videntes están intentando aprovecharse de la situación y están aportando pistas falsas sobre el caso. Hablan, por ejemplo, de cómo es el coche en el que los investigadores de la Guardia Civil cree que se llevaron a Diana, y otros aseguran que la joven, cuyo teléfono móvil fue hallado a finales de octubre por un mariscador y que los agentes se encuentran analizando en estos momentos, fue retenida y que no salió del pueblo.
Aunque los expertos no se creen las informaciones que proporcionan estos adivinos. Según Iciar Iriondo, criminóloga de SOS Desaparecidos, ha explicado en ese mismo programa que no da "credibilidad" a los testimonios de los videntes, y también ha asegurado que descarta que estemos ante "una fuga". "Han pasado tres meses, pero no es mucho tiempo", ha dicho Iriondo.
En el programa también se ha hablado de los avances de la investigación, y han asegurado que los agentes de la Guardia Civil parece haber descartado que los supuestos raptores huyesen por la ruta de Rianxo. Creen que pudieron ir por Padrón y evitar peajes. Según se conoció este jueves también a través de este programa, los raptores de la joven podrían haber buscado rutas alternativas para lograr escapar sin ser vistos en las fiestas.
Hace sólo unos días se supo que los agentes de la Guardia Civil que se encargan de las pesquisas habían identificado el coche al que se cree que se subió la joven la noche de su desaparición gracias a las cámaras de tráfico, aunque la mala visibilidad había impedido identificar la matrícula del vehículo.