- En España, el uso de la factura electrónica aumentó un 25,9% en 2016
El uso de la factura electrónica es cada vez más común en Europa. Así lo atestiguan los datos de la Asociación Europea de Proveedores de Servicios de Facturación Electrónica (EESPA), que ha anunciado este lunes que el uso de este tipo de factura se incrementó un 29% en el Viejo Continente en 2016 en comparación con el ejercicio anterior, hasta alcanzar los 1.614,5 millones de facturas electrónicas tramitadas.
La mayoría de las facturas procesadas en Europa fueron entre empresas y entre empresas y administraciones públicas
La compañía de servicios de intercambio electrónico seguro de documentos Seres ha remarcado que este crecimiento "significativo" no dista mucho del aumento del 25,9% que experimentó la factura electrónica en España durante ese mismo año, con una cifra récord de 118,5 millones de facturas.
En cuanto a su origen y destino, la mayoría de las facturas procesadas en Europa fueron entre empresas (B2B) y entre empresas y administraciones públicas (B2G), con un crecimiento del 34,9% en Europa (1.034,5 millones de facturas) y del 23,9% en España (108,7 millones de facturas), respectivamente.
Asimismo, recoge Europa Press, las facturas electrónicas también tienen una presencia "muy significativa" entre empresas y consumidores (B2C), como refleja el crecimiento del 19,6% registrado en Europa (580 millones de facturas) y del 52,8% en España (9,8 millones de facturas). Y comparando los volúmenes de facturas electrónicas tramitadas en España y Europa, las facturas electrónicas españolas suponen el 10,8% del total de las europeas. En concreto, representan un 10,5% de las tramitadas en el ámbito B2B y B2G y un 16,9% de las facturas B2C.
Por otra parte, según una encuesta realizada por EESPA entre sus miembros, el importe medio de las facturas fue de 5.868 euros, y, sobre esta base, se estima que el valor total de las facturas notificadas procesadas en Europa fue de 9.477 millones de euros.
El director de marketing de Seres, Alberto Redondo, ha incidido en que estos datos son "esenciales" para que las autoridades europeas sigan el éxito de sus iniciativas políticas en la facturación electrónica y ponen en relieve "el valor que la facturación electrónica hace a la reducción de costes, eficiencia, competitividad, generación de liquidez y beneficios ambientales".
