• El presidente condenó el lunes la violencia "racista" y a los supremacistas, al Ku Klux Klan y a los neonazis
ep brian krzanich
Brian Krzanich, consejero delegado de Intel.

Donald Trump corta por lo sano con los empresarios estadounidenses. Abrió la 'caja' de los truenos el consejero delegado de Merck, Kenneth Frazier, tras la tibia respuesta de la Casa Blanca a los incidentes racistas en Charlottesville (Virginia), al que posteriormente se unieron los máximos ejecutivos de otras firmas como Intel, Under Armour y Walmart y esta misma tarde se les unía también Inge Thulin, presidente de la compañía química 3M. Ante esta desbandada generalizada, Donald Trump ha anunciado que desmonta su Consejo de Fabricantes y el Foro de Estrategia y Políticas.

Tras el anuncio de Trump de cancelar ambos foros asesores, el consejero delegado del fondo de Inversión BlackRock, Larry Fink, también ha dicho que iba a renunciar a este foro de participación, según recoge Business Insider.

Kenneth Frazier, presidente y consejero delegado del grupo farmacéutico estadounidense Merck y uno de los máximos representantes de la comunidad negra a nivel empresarial en Estados Unidos, ha asegurado que ha abandonado el Consejo "por razones de conciencia".

"Como consejero delegado de Merck y como cuestión de conciencia personal siento la responsabilidad de posicionarme contra la intolerancia y el extremismo", ha declarado el ejecutivo en un comunicado a raíz de los incidentes racistas en la localidad estadounidense de Charlottesville.

A este respecto, el máximo ejecutivo de la tercera mayor farmacéutica de EEUU subraya que los líderes del país "deben honrar" los valores fundamentales de EEUU rechazando claramente las expresiones de odio y fanatismo y supremacismo, que van en contra del ideal americano de que "toda la gente ha sido creada igual."

Trump ha señalado en un mensaje publicado a través de su perfil personal en la red social Twitter que tras su marcha del Consejo, Frazier podrá dedicar más tiempo a bajar los precios de las medicinas.

"Ahora que Ken Frazier de Merck Pharma ha dimitido del Consejo Manufacturero Presidencial, ¡tendrá más tiempo para bajar los precios de estafa de los medicamentos!", tuiteó el presidente estadounidense. Este mismo martes también ha comentado en la red social que "por cada alto ejecutivo que dimite del Consejo hay otros que pueden ocupar su lugar. Los fanfarrones no deberían seguir".

El presidente y consejero delegado de Under Armour, Kevin Plank, también ha anunciado su abandono del Consejo a través de su cuenta en Twitter. "Seguimos centrados en nuestro potencial y capacidad para mejorar la fabricación estadounidense", ha señalado Plank. "Sin embargo, Under Armour se dedica a la innovación y al deporte, no a la política", ha añadido.

El consejero delegado de Intel, Brian Krzanich, ha sido el tercer ejecutivo en abandonar el Consejo de Trump este lunes. Krzanich ha asegurado que su decisión se basa en la preocupante dirección de la política estadounidense.

"La política y las agendas políticas han marginado la importante misión de reconstruir la base manufacturera de Estados Unidos. He renunciado porque quiero progresar, mientras que muchos en Washington parecen estar más preocupados por atacar a cualquier que no esté de acuerdo con ellos", ha señalado el consejero delegado de Intel.

El último en dar el paso ha sido Doug McMillon, presidente ejecutivo de Walmart, una de empresa que dio su apoyo a Trump en su camino a la Casa Blanca, según apunta el diario The Wall Street Journal. McMillon ha dicho que el presidente perdió una "oportunidad única para unir a Estados Unidos" tras su primera reacción ante los incidentes racistas de Virginia.

"Casi todas las cuestiones están ahora politizadas hasta el punto de que es imposible lograr un progreso significativo", ha agregado Krzanich, quien también ha llamado a los líderes a condenar a los supremacistas blancos que participaron en el mitin de Virginia.

Trump ha criticado este lunes los actos racistas registrados en Charlottesville y ha tachado de "repugnantes" a "grupos de odio" como los supremacistas blancos. A pesar de ello, la reacción inicial del mandatario estadounidense provocó intensas críticas por no haber condenado de manera explícita la violencia de los supremacistas blancos, los neonazis y los seguidores del KKK, que fueron quienes iniciaron los disturbios.

En su primera declaración, Trump denunció lo que definió como una "indignante exhibición de odio, intolerancia y violencia de todos los bandos". Un día después, la Casa Blanca sacó un comunicado para aclarar que Trump condenaba "todas las formas de violencia, intolerancia y odio", incluidos "los supremacistas blancos, el Ku Klux Klan y todos los grupos extremistas".

Sin embargo, este mismo martes el presidente de EEUU en una comparecencia de media hora ha justificado su tibieza inicial con los racistas porque hubo "culpa en ambas partes". "Había muy buena gente en ambos lados" apunta sobre los supremacistas blancos y los colectivos antiracistas volviendo al discurso equidistante del fin de semana.

Noticias relacionadas

contador