Saudi Aramco, la petrolera estatal saudí y la mayor compañía mundial del sector, obtuvo un beneficio neto atribuido de 35.015 millones de dólares (30.021 millones de euros) en los nueve primeros meses del año; lo que supone una caída del 48,6% respecto del resultado contabilizado el mismo periodo del año anterior, debido al impacto de la pandemia y a la inestabilidad de los precios del crudo.
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Saudi Aramco registró entre julio y septiembre un beneficio neto atribuido de 11.789 millones de dólares (10.108 millones de euros), un 44,6% menos que en el tercer trimestre del año pasado.
Sin embargo, la petrolera anunció la distribución de 18.750 millones de dólares (16.076 millones de euros) en concepto de dividendo del tercer trimestre, lo que corresponde a un incremento del 40% en comparación con los 13.390 millones de dólares (11.477 millones de euros) abonados en el tercer trimestre del pasado 2019.
Amin Nasser, presidente y consejero delegado de Aramco, subrayó el compromiso de la empresa con el valor para los accionistas y destacó la recuperación ya conseguida este tercer trimestre, "observamos señales tempranas de recuperación en el tercer trimestre debido a la mejora de la actividad económica, a pesar de los vientos en contra que enfrentan los mercados energéticos globales", declaró.
"Continuamos adoptando un enfoque disciplinado y flexible para la asignación de capital frente a la volatilidad del mercado. Confiamos en la capacidad de Aramco para superar estos tiempos difíciles y cumplir nuestros objetivos",añadió Amin Nasser.
