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Arranca la temporada de resultados empresariales en EEUU y los inversores están ansiosos por ver qué deparará en un momento condicionado por la recuperación económica tras lo más duro de la pandemia, las distorsiones de la oferta y el alza de las materias primas y del precio de la energía. Según JP Morgan, "parece haber más 'profit warnings' en el tercer trimestre que en temporadas anteriores".

"Se avecina una temporada de resultados mixta, pero la mayoría ya está preparado para las decepciones", es lo que opinan desde el banco, señalando que el sentimiento general, expresado tanto por los inversores como por los analistas, es que la próxima temporada de resultados "será un desafío, dada la combinación de la desaceleración de la actividad, las distorsiones significativas de la oferta que impactan en los volúmenes y la aceleración del precio de la energía que se considera que está perjudicando los márgenes de beneficio e ingresos".

Sin embargo, estiman que, si bien los resultados empresariales del tercer trimestre en EEUU tendrán más 'profit warnings', con reacciones adversas de precios, "creemos que esto no marcará el inicio de caídas prolongadas de BPA y, por lo tanto, recomendamos aprovechar cualquier debilidad generada en las ganancias para comprar".

Como detalla JP Morgan en un reciente informe, los PMI en el tercer trimestre son secuencialmente más débiles, lo que indica una desaceleración del crecimiento de las ganancias. "La buena noticia es que las proyecciones de crecimiento de BPA de consenso también han bajado un paso en comparación con el trimestre anterior y es poco probable que se alejen mucho de la desaceleración del impulso de la actividad", apuntan.

En particular, las revisiones semanales de BPA se han vuelto negativas en EEUU por primera vez desde el verano pasado. El debilitamiento desde los máximos de agosto se concentra en los sectores cíclicos (materiales, industrial, financiero y discrecional), lo que es consistente con la desaceleración de la actividad económica y sugiere que los analistas ya han reaccionado al déficit de la demanda. De hecho, al observar la progresión trimestral de BPA del S&P 500, se proyecta que el tercer y cuarto trimestre sean totalmente inferiores a los del segundo trimestre. "Esto es bastante atípico, ya que los EPS en el segundo semestre suelen estar entre un 4% y un 5% por encima de los niveles del segundo trimestre, no por debajo", añaden.

A nivel de sector y stock, consideran que el impacto adverso de los picos de precios de la energía y las interrupciones de la cadena de suministro probablemente se concentrará en productos químicos, aerolíneas, automóviles y materiales de construcción, mientras que los servicios públicos podrían tener un impacto positivo neto, salvo el riesgo de la intervención del Gobierno. "Es probable que el sector de la energía, que actualizamos hace dos meses a 'sobreponderar', continúe con su fuerte racha dada la gran mejora en el flujo de caja". Además, mantienen también su 'sobreponderar' sobre los bancos.

En cuanto a las revisiones de EPS, subrayan que están a la baja, acercándose al territorio de la contracción. "Si bien los mercados tienden a tener un mejor desempeño cuando las revisiones de EPS son positivas, observamos que no hay información prospectiva sobre los niveles actuales de revisiones de EPS, es decir, no se deberían vender acciones solo porque las revisiones de EPS se han desacelerado recientemente".

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