• El 49% de los ejecutivos planea vender activos en 2016 y 2017
  • Sólo el 5% de los encuestados niega contemplar desinversiones
  • El 70% de las empresas confiesa que desinvierte para financiar crecimiento
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Las empresas continuarán en 2016 vendiendo activos para proteger sus ingresos y participaciones. El 49% de los ejecutivos consultados planea hacer alguna desinversión en los próximos dos años, frente al 20% del estudio anterior publicado hace ahora un año.

La desinversión es una de las principales conclusiones del Global Corporate Divestment Study, elaborado por EY, en el que se han entrevistado a 900 ejecutivos de empresas y 100 de firmas de private equity a nivel internacional.

El 46% de los encuestados reconoce estar abierto a posibles oportunidades

Este porcentaje podría ser aún mayor teniendo en cuenta que el 46% de los encuestados reconoce estar abierto a posibles oportunidades, pese a no estar en estos momentos planteándose ninguna desinversión. El aumento previsto de venta de activos también se aprecia en que tan sólo el 5% de los ejecutivos niega hacer desinversiones, frente al 56% de la edición anterior.

La desinversión oportunista, y no como resultado de una planificación estratégica, supone un gran cambio con respecto al año pasado, cuando se estimaba que estas operaciones representarían tan sólo el 24% del total. De hecho, el 31% de los encuestados reconoce que la oportunidad de vender un activo en un momento determinado fue el factor más importante que desencadenó su última gran desinversión. A éste le siguen otros como la débil posición competitiva en el mercado y que la desinversión no formara parte del negocio core de la compañía.

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Gráfico elaborado por Centro de Estudios EY

No obstante, el informe también recoge que se espera que aumente en los próximos doce meses el número de firmas que vendan activos estratégicos. Así lo cree el 60% de los ejecutivos consultados, mientras que el 37% prevé que no haya cambios y el 3% restante ve posible un descenso de los mismos.

EL OBJETIVO DE LA DESINVERSIÓN

El 70% de los fondos generados con las desinversiones se emplea para financiar crecimiento. Sin embargo, a diferencia del año pasado, las compañías están ahora más focalizadas en invertir en crecimiento orgánico y menos en realizar adquisiciones. El porcentaje destinado a hacer compras se ha reducido del 17% al 11% en el último año.

Para el 39%, los fondos conseguidos se destinan a invertir en el negocio principal

Según se desprende del estudio, el 39% de los ejecutivos asegura que los fondos conseguidos en su última gran desinversión se destinó a invertir en el negocio principal (core) de la compañía. El 20% afirma que lo emplearon en invertir en nuevos productos, mercados y geografías, el 17% en retribuir a los accionistas y el 13% en rebajar la deuda.

En esta edición ha habido un cambio de tendencia y los ejecutivos han priorizado la creación de valor frente a la celeridad en el proceso de desinversión. Así lo señala el 67% de los ejecutivos, frente a la encuesta anterior en la que las empresas estaban divididas en partes iguales. “Los vendedores saben que cuando hay liquidez en los mercados se genera más competencia y demanda de buenos activos, lo que al final se traduce en precios más altos. Además, aquellas desinversiones en las que se priorizó el valor tuvieron más éxito”, recoge el estudio elaborado por EY.

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