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GOBIERNO DE ARAGÓN

Las empresas medianas españolas dan por superada la pandemia y mejoran tanto sus perspectivas de crecimiento como su percepción de las barreras para hacer negocios. Esa mejoría sitúa la salud del mid-market español no solo en cifras pre-Covid, sino por encima de las medias europea y mundial.

Esta es una de las conclusiones del último Pulso de la Mediana Empresa Española de Grant Thornton, que mide la salud de las compañías medianas de España, de entre 50 y 500 empleados, comparándolas con las de Europa y las del resto del mundo a partir de una metodología desarrollada por Oxford Economics.

Por primera vez desde la primera mitad de 2018, la salud de la mediana empresa española se sitúa en cifras positivas, pasando de los -11,8 puntos de finales de 2020 a 1,3 (de un baremo que va -50 a 50). Se trata de una subida exponencial, motivada por la percepción de que existen menos barreras para hacer negocios pero, sobre todo, por unas sólidas previsiones de crecimiento. En contraste, la salud del mid-market europeo y global se sitúa en 0 puntos: por debajo del indicador español por primera vez desde 2017.

Para Carlos González Luis, socio de Consultoría del Sector Público y portavoz económico de Grant Thornton, “la primera mitad del año ha estado marcada en España por el rápido avance de la campaña de vacunación y por la aprobación en Bruselas del Plan español de Recuperación y Resiliencia, que destinará hasta 140.000 millones de euros a nuestro país. Estos dos hitos explican las buenas perspectivas de las empresas medianas, que confían clara y predominantemente en una rápida recuperación de la economía tras la pandemia”.

Las perspectivas de crecimiento de los empresarios consultados crecen 29 puntos respecto a finales de 2020 y se sitúan en 48, impulsadas sobre todo por un mayor optimismo, pero también por la mejoría en la expectativa de mejorar sus ingresos y beneficios y por una mayor disposición inversora. Esas perspectivas son ligeramente mejores que las de los empresarios europeos (47,5) pero se sitúan por debajo de la media mundial (56,7).

Por lo que respecta a las barreras al crecimiento, también mejoran y pasan de -52,7 a -45,3 puntos, en contraste con su empeoramiento a nivel europeo y mundial. Los directivos españoles, sin embargo, aumentan su preocupación por los costes energéticos y por la escasez de personal cualificado, pero en cambio perciben una menor incertidumbre y creen que ha mejorado el acceso a financiación.

AUMENTO DE LA INVERSIÓN DE LAS EMPRESAS

El mid-market español aumenta también sus planes de inversión de forma considerable (en concreto, en 11 puntos, hasta alcanzar los 37), recupera los niveles previos a la pandemia y muestra una mayor disposición inversora que el europeo y el mundial, en que ese dato aumenta solo en 8,6 y 8,5 puntos. Predominan las inversiones destinadas a la productividad: por ejemplo, un 53% de los empresarios españoles prevé invertir más en tecnología en los próximos 12 meses, seis puntos por encima al resto de Europa (47%). Otro repunte notable se produce en la previsión de inversión en habilidades, que crece 14 puntos hasta el 43%, y en I+D, que, con un crecimiento de 12 puntos, se sitúa en un 39%.

La previsión de inversión en activos tangibles, como edificios de nueva construcción o plantas y maquinaria, aumenta más tímidamente (+3%) y es donde prevén invertir más que el año pasado un 24% y un 40% de los encuestados, respectivamente.

Los empresarios españoles, prevén, por tanto, que aumenten las inversiones en todas las tipologías contempladas en el Pulso de Grant Thornton, y especialmente en tecnología y plantilla, “dos áreas esenciales para seguir adelante con la digitalización de nuestro tejido productivo y que ponen al mid-market a la cabeza de la reducción el desempleo”, según el portavoz de Grant Thornton, Carlos González Luis.

LOS MAYORES FRENOS DE LA EXPANSIÓN

Aunque prácticamente se ha mantenido igual que el semestre anterior, la burocracia e impuestos siguen siendo la mayor barrera al crecimiento para los empresarios españoles, en un contexto en que, como consecuencia del COVID-19, se han desplegado normativas para combatir los efectos de la pandemia que no siempre han beneficiado a la actividad empresarial.

Por otro lado, la preocupación por los costes energéticos es la que más crece respecto a 2020: en concreto, en 11 puntos y hasta situarse en el -49: un dato similar en todo caso al que obtiene Europa (-43) y resto del mundo (-53), pero alineado con el debate público de los últimos meses en torno al encarecimiento del precio de la luz.

Por último, el acceso a personal cualificado es el segundo obstáculo al crecimiento que más se ha agravado en el último semestre. Concretamente en 10 puntos, hasta ubicarse en -42, y una cifra que cae también en Europa y a nivel global.

“Los empresarios perciben preocupados que cuesta incorporar talento adecuado a sus organizaciones, principalmente por dos razones. Por un lado, la rápida reactivación de actividades que han estado mucho tiempo paradas, como por ejemplo el turismo. Esto hace que haya muchas vacantes y que cueste cubrirlas en ocasiones. Pero, por otro lado, hay una cuestión de fondo: un gap entre las habilidades que necesitan las empresas en un contexto de rápida e imparable digitalización y las que ofrece el mercado”, explica Carlos González Luis.

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