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Central nuclear de AlmarazREMITIDA

El Ministerio para la Transición Ecológica ha mediado en el conflicto abierto entre Iberdrola, Endesa y Naturgy por la renovación de la central nuclear de Almaraz para que cumplan con el protocolo que firmaron con Enresa, que marca el calendario para un cierre ordenado del parque nuclear entre 2025 y 2035.

Iberdrola, Endesa y Naturgy han aplazado a mañana viernes la reunión que tenían previsto celebrar esta tarde para tratar de acercar posturas respecto al futuro de la central nuclear de Almaraz de cara a un acuerdo para la solicitud de renovación de la licencia de la planta.

Ante la situación de bloqueo existente actualmente para sellar un acuerdo entre las distintas partes y el hecho de que la reunión de este jueves estaba condenada a un nuevo desencuentro, las empresas propietarias de la central nuclear han optado por seguir hablando para "consensuar algo" que llevar este viernes a la asamblea de la sociedad propietaria de Almaraz.

De esta manera, el objetivo del aplazamiento de la reunión de este jueves sería buscar una solución 'express' que presentar este viernes y con la que tratar de cerrar, al menos en parte, el conflicto abierto por el futuro de Almaraz.

De hecho, en este intento de desbloquear la actual situación estaría participando también Enresa, con la que las eléctricas firmaron el protocolo que parecía aclarar la senda a seguir para la continuidad del parque nuclear y su cierre ordenado entre 2025 y 2035, señalaron a Europa Press en fuentes del sector.

EL 31 DE MARZO.

El permiso de conexión de Almaraz caduca en abril de 2020 y el próximo 31 de marzo es la fecha límite marcada en 'rojo' para tomar la decisión de pedir la renovación de la central, bajo la amenaza para las energéticas de enfrentarse a una sanción.

Desde la firma del protocolo entre las empresas y Enresa, las diferencias entre Iberdrola, Naturgy y Endesa sobre cómo afrontar el futuro de Almaraz no han hecho más que acrecentarse. En la última reunión del pasado martes, Iberdrola y Naturgy plantearon una propuesta flexibilizada en la que pusieron sobre la mesa que si las inversiones requeridas para la planta son superiores a las previstas en el plan de negocio acordado sería necesario volverse a sentar y pactarlo por unanimidad, tal y como está previsto en las sociedades de interés económico (AIE) por las que se rigen las nucleares.

Sin embargo, Endesa se niega a firmar cualquier imposición de condiciones no recogidas en el protocolo, que, en su opinión, obliga a cumplir el acuerdo alcanzado para ampliar la vida útil de las centrales.

A juicio de la compañía dirigida por José Bogas la introducción de cláusulas a la petición de alargar la vida útil, como no superar un tope del 15% a una cifra de inversiones recurrentes de unos 400 millones de euros, supone desvirtuar el protocolo, "ya que en él no hay ninguna condición". Así, sostiene que no exista ningún condición en el caso de que las inversiones necesarias seas superiores a las previstas, ya que ésta es una cuestión que debe ser determinada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

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