• Las tabaqueras, los estancos y el Gobierno, con el cuchillo entre los dientes
  • El contrabando repunta en los últimos años
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Tabaqueras, estancos, Gobierno y agricultores no parecen sentarse en un banco a fumarse un cigarro para charlar tranquilamente. Los diferentes estamentos de este sector viven una guerra civil particular y dejan tocado y hundido a esta industria millonaria que ‘fabrica’ cientos de millones de euros cada año.

La industria del tabaco vive momentos complicados. A la subida de impuestos, han crecido otros problemas que ponen en jaque la estabilidad del sector. Las supuestas prácticas monopolísticas de las tabaqueras, las relaciones distantes entre los distintos estamentos y la incipiente aparición del contrabando se han sumado al principal dolor de cabeza. El tabaco genera miles de millones de euros en España. La venta de cigarrillos en España han supuesto más de 10.3111 millones de euros, cifras inferiores a las de 2010 (12.061 millones de euros) en los que supuso un récord histórico, lo que supone el 0,15% del PIB, según data un estudio realizado por el Comisionado para el Mercado de Tabacos (CMT). Esto supone que ha descendido un 50% en la venta del tabaco.

Varios factores, como es el caso de la aparición del contrabando y la subida de impuestos han influido en ese descenso lo que ha provocado varias consecuencias, tal y como explica Altadis a Bolsamanía. “Ese acusado descenso en las ventas, que no del consumo (este ha descendido, pero ni mucho menos en un porcentaje similar en ese período), se ha traducido, como aspectos fundamentales, en la reaparición del contrabando y en pérdida de empleo”, argumenta la tabaquera. El contrabando ha supuesto una pérdida para el sector de 700 millones de euros de manera directa debido a esta práctica.

LOS IMPUESTOS, EN PIE DE GUERRA

Si usted va a comprar una cajetilla de tabaco a un estanco sepa que el 79% del precio se evapora en impuestos. Algo que enfrenta a las tabaqueras con el Estado. “El afán recaudatorio del Gobierno es innegable, y de paso hace bueno que lucha contra el tabaquismo de cara a la galería, esgrime Maribel González, presidenta del Ecot (Asociación de Comerciantes y Profesionales del tabaco). Durante el 2016, la recaudación fiscal a través de los impuestos sumó 9.110 millones de euros, lo que representa una de las cinco fuentes de ingresos del Estado. “Con las cantidades que se pagan en gravámenes se pagan cinco ministerios”, insiste la presidenta del Ecot.

El sector del tabaco cree que el Gobierno sube los impuestos con afán recaudatorio

El 80% del precio del tabaco corresponde a impuestos. Además, a esto hay que añadirle el IVA (21%) sobre el precio antes del impuesto y la comisión para minoristas del 8,5% del PVP para cigarrillos y picadura y 9% para cigarros y cigarritos. Además, en el caso de las máquinas vending recargo adicional 15 céntimos por cajetilla en máquinas expendedoras y un 15% sobre el PVP para el resto de labores. “El tabaco es el producto que mayores impuestos especiales soporta en España”, se lamenta Cristina Agudo, portavoz de Bristish American Tobacco.

UN SECTOR EN PICADO

El descenso de la venta de tabaco ha propiciado efectos colaterales. A menos ventas, menos dinero y eso supone despidos. Actualmente del tabaco viven 60.900 personas, pero progresivamente, y si se comparan los datos de años anteriores el empleo disminuye poco a poco. En el año 2010, existían 24 mil hectáreas en la explotación de tabaco, en la actualidad apenas superan los diez mil.

Desde 1999, la empresa Altadis (que nació de la fusión de la francesa Seita y la española Tabacalera) ha ido cerrando una a una prácticamente las 12 fábricas que tenía en España, herederas privatizadas del monopolio estatal que comenzó hace casi cuatro siglos. La de La Rioja es la última planta que fabrica cigarrillos, por ejemplo, Fortuna y Ducados; la única que mantendrá Altadis, en Santander, hace solo cigarros puros mecanizados y puritos.

CÓMO FUNCIONA EL MERCADO DEL TABACO

La cadena de valor del tabaco en España incluye a cultivadores, productores, fabricantes y distribuidores mayoristas y minoristas. España es el tercer país productor de hoja de tabaco de la Unión Europea, con unas 37.500 toneladas (lo que supone un 17% del cultivo en Europa). Extremadura es la principal región productora con un 97% del total de la producción española.

Actualmente en España a un total de 10 operadores, de los cuales 6 son fabricantes; 6 compañías especializadas en la distribución mayorista, aunque Logista concentra la mayor parte de esta actividad. Además, existe una red de expendedurías de tabaco y timbre que asciende a 13.290. También existen 155.464 autorizaciones de máquinas expendedoras que ponen el producto a disposición del consumidor fuera de los horarios comerciales.

Los agricultores extremeños venden su producción a Cetarsa (controlada en un 20% de Altadis) y negocian cada marzo el precio. Durante la primera transformación del tabaco, es decir, de la hoja que llega del campo a la industria de primera transformación -en esta industria se clasifican las hojas y se preparan las bases que luego los fabricantes usan en sus blends (cada uno tiene su mezcla)- se produce una merma del 40%. Es decir, 20 gramos de tabaco en la cajetilla de cigarrillos, equivalen a aproximadamente a 33 gramos de hoja de tabaco del campo. A partir de ahí, y cada año se llega a un acuerdo entre cosechadores y fabricantes. Una vez en las fábricas, comienzan los impuestos del Gobierno.

UNA GUERRA CIVIL EN LA INDUSTRIA

“Desde hace muchos años existe una especie de guerra. Desde Ecot hemos intentado que haya buena sintonía entre todas las partes, pero los impuestos y las prácticas de otros estamentos lo hacen difícil”. Estas son las palabras de la presidenta de una de las asociaciones de los estancos, que pone de manifiesto las relaciones.

Tanto las tabaqueras como estancos disparan contra el Estado debido a la imposición de altos impuestos. Como se ha mencionado, el sector cree el Gobierno sube los gravámenes para recaudar y de paso, lavar su imagen. Pero ahí no queda la cosa, ni mucho menos. La Asociación Profesional de Estanqueros de España (APEE) ha denunciado a la tabaquera Philip Morris ante el Ministerio de Hacienda por considerar que la multinacional puede estar cometiendo fraude fiscal con la venta de su nueva marca de tabaco, denominada Heets Marlboro. El escrito ha sido presentado por la presidenta de la asociación, Esperanza Robas, ante el Comisionado para el Mercado de Tabacos (CMT) organismo encargado de velar por el cumplimiento de la ley en el sector. También tienen cierto recelo de las gigantes tabaqueras por creer que realizan “prácticas monopolísticas”. De hecho desde Ecot aseveran que “tienen poca consideración con los estanqueros”. La CNMC ya se ha puesto manos a la obra e investiga estas supuestas prácticas aunque los estanqueros se desligan de la denuncia.

Estanqueros y proveedores de ‘vending’ (en su mayoría) mantienen una relación amor-odio. La Asociación Profesional de Estanqueros de España (APEE) y la Asociación Española de Puntos de Venta con Recargo (AEPVR), que representa los intereses de los propietarios de máquinas expendedoras de tabaco (entre ellos bares, cafeterías, hoteles, gasolineras y otros establecimientos) esperan que Hacienda cese al inspector jefe del Comisionado para el Mercado de Tabacos (CMT), Manuel Cuevas, tras la sustitución de su presidente imputado por fraude y estafa. Pero, las reticencias también llegan en este dúo. Las empresas de ‘vending’ critican (venden el tabaco 15 céntimos más caro) critican que haya promociones de venta de tabaco en los estancos y esta causa ya está en los tribunales.

Por último, los cosechadores cansados de los precios bajos y de las presiones por los bajos precios hacen la guerra por su cuenta a través del contrabando. Es muy normal encontrar en las webs de retail vender el kilo de tabaco en rama a 25 euro.

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