• El fondo de la empresa pública Enresa no cubrirá todos los costes de la gestión y el cierre de las nucleares presupuestados hasta 2070
  • Las eléctricas, que aportan al fondo mediante tasas, recibirán parte del dinero, pero tendrían que asumir el resto si quieren cerrar una central
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Central Nuclear de Cofrentes.EUROPA PRESS

Los cálculos oficiales apuntan a que el cierre de las nucleares costará unos 2.600 millones de euros entre 1985 y 2070. Ahora, el Ministerio de Energía admite que el dinero guardado para la gestión nuclear no cubrirá todos estos costes, y quiere que sean las propietarias de las centrales quienes se encarguen de su desmantelamiento.

El ministro de Energía, Álvaro Nadal, planteará al Congreso un cambio normativo para que la responsabilidad de desmantelar las centrales nucleares deje de caer en Enresa, la empresa pública que se encarga de la gestión de residuos radiactivos, y corresponda a las empresas propietarias de las centrales. Enresa se nutre de un fondo destinado a cumplir con el Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR) que, a 31 de diciembre de 2016, contaba con un 5.000 millones de euros, según datos de Enresa.

Nadal ya ha señalado que les dará a las eléctricas “la parte equivalente” del fondo, aunque sin concretar la cifra

Tal y como explican desde Foro Nuclear, una asociación sin ánimo de lucro que representa los intereses del sector nuclear, hasta 2005 eran los usuarios quienes aportaban al fondo de Enresa con cargo a la tarifa eléctrica. Desde el 1 de abril de ese año, son las propietarias quienes contribuyen al fondo mediante una tasa en función de la generación y la potencia eléctrica de cada central. Por ello, Nadal ya ha señalado que les dará a las eléctricas “la parte equivalente” del fondo, aunque sin concretar la cifra. Tampoco las propias compañías han querido concretar el dato.

En el último PGRR, del año 2006, se estimó que el coste total para la gestión de los residuos nucleares y el desmantelamiento de las centrales costaría 13.023 millones de euros entre 1985 y hasta 2070. De esa cifra, el 20% (unos 2.600 millones de euros), se destinarían al cierre de las nucleares.

Pese a que el dinero actual que mantiene el fondo cubriría el cierre futuro de los siete reactores que siguen activos en España, hay que tener en cuenta que esos 5.000 millones deben destinarse también a la gestión de los residuos y el combustible, y no solo al desmantelamiento de las centrales. De ahí que Nadal quiera ‘reducir gastos’ sumando a las eléctricas. Según los datos del PGRR, desmantelar un reactor nuclear costaría unos 260 millones de euros (los 2.600 millones presupuestados entre los 10 reactores que ha habido en España desde 1985).

De los siete reactores activos en España en cinco centrales, Iberdrola participa en seis de ellos (es la propietaria mayoritaria de cuatro); Endesa, en cinco (propietaria mayoritaria en los tres restantes); Gas Natural Fenosa participa en tres de ellos, EDP cuenta con el 15,5% de una sola central y Nuclenor (participada al 50% de Iberdrola y Endesa) posee el 2% de uno.

En opinión de Nadal, durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados la semana pasada, si las propias eléctricas se encargan de desmantelar las nucleares, se mejora la eficiencia del cierre, ya que su propietario es “quien mejor conoce la central”.

GAROÑA, JOSÉ CABRERA Y VALDELLÓS

En España hay actualmente en marcha siete reactores nucleares en cinco plantas, pero ha habido otros tres reactores más, actualmente en proceso de desmantelamiento: Garoña, José Cabrera y Valdellós I.

El año pasado, Energía denegó la renovación del permiso de explotación de Garoña, con lo que Enresa ya ha comenzado los trámites para solicitar su desmantelamiento, aunque llevaba inactiva desde 2012 después de que Iberdrola alegase fuertes pérdidas. En cuanto a José Cabrera, en 2016 ya se había completado el 80% de su desmantelamiento, según Enresa. Por último, Valdellós I fue el primer desmantelamiento de una central en España, y se completará totalmente en 2028.

Aunque prospere la iniciativa de Nadal, las eléctricas aún tienen margen para estudiar el impacto del desmantelamiento de sus centrales. Según el Consejo de Seguridad Nuclear, aún faltan al menos dos años para que algunas de las centrales tengan que enfrentarse a su próxima renovación de licencia. En 2020, se decidirá si se alarga la explotación del reactor de Almaraz I y del de Valdellós II otros diez años; pero otros, como el de Trillo, seguirán funcionando hasta, al menos, 2024.

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