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Los beneficios de Deutsche Bank en el segundo trimestre del año han ascendido a 401 millones de euros, un 14% menos que el año anterior, pero en línea con las previsiones avanzadas por la entidad.

El banco de inversión alemán señaló la semana pasada que los resultados del segundo trimestre estarían significativamente por encima de las expectativas del mercado, de acuerdo con las regulaciones alemanas -que dictan que las empresas germanas deben notificar a los mercados sus previsiones si superan las previsiones-. Así, Deutsche Bank anticipó la semana pasada que esperaba alcanzar unos resultados netos de aproximadamente 400 millones de euros para el segundo trimestre de 2018, cuando los analistas pronosticaban unos beneficios de 321 millones de euros.

Los ingresos netos ascendieron a 400.000 millones de euros, mientras que el beneficio antes de impuestos ha sido de 711 millones de euros, un 13% menos en el año.

En cuanto a la facturación, la unidad de banca corporativa e inversión ha reportado un importe de 3.570 millones de euros, ligeramente por debajo de los 3.850 millones de euros del el primer trimestre de 2018. Los ingresos en ventas y transacciones de renta fija se situaron en 1.400 millones de euros, un 17% menos que el año anterior. Y las ventas y el comercio de acciones cayeron un 6%, hasta los 540 millones de euros.

LOS COSTES DE REESTRUCTURACIÓN PASAN FACTURA

El mayor banco de Alemania, obtuvo un beneficio neto atribuido de 481 millones de euros en la primera mitad de 2018, lo que representa una caída del 52,7% en comparación con el resultado de la entidad en el mismo periodo del año pasado como consecuencia del impacto de los costes de reestructuración.

La cifra de negocio de Deutsche Bank entre enero y junio alcanzó los 13.567 millones de euros, un 2,8% por debajo de los ingresos correspondientes al primer semestre de 2017, incluyendo un crecimiento del 3,3% de los ingresos netos por intereses, hasta 6.342 millones, mientras los ingresos por comisiones bajaron un 7,2%, hasta 5.359 millones.

"En el segundo trimestre aceleramos significativamente la remodelación de nuestro banco y demostramos la resiliencia de nuestro negocio global", declaró Christian Sewing, consejero delegado de Deutsche Bank, destacando los "importantes cambios" en la actividad de la entidad.

"Vamos en la dirección correcta en cuanto a los costes y la calidad de nuestro balance es excelente. Esto nos da la flexibilidad de invertir en áreas donde contamos con puntos fuertes", añadió.

Dados los progresos en la implementación de su estrategia, la entidad alemana ha confirmado su objetivo de reducir sus costes en 2018 a 23.000 millones de euros, señalando que en el segundo trimestre del año ha reducido su plantilla en unos 1.700 efectivos y en unos 2.100 en lo que va de 2018, hasta un total de 95.429 empleados a tiempo completo, el menor número desde la adquisición de Postbank en 2010.

De este modo, la dirección del banco cree que la entidad está en camino de reducir su plantilla por debajo de los 93.000 efectivos a finales de 2018 y "muy por debajo" de 90.000 a finales de 2019.

Por otro lado, Deutsche Bank indicó que su ratio de capital básico CET1 subió al 13,7% desde el 13,4%, mientras que la ratio de apalancamiento se situó en el 4%, frente al 3,7% anterior.

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