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El presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria.BCE - Archivo

El Banco Central Europeo (BCE) pide a los mayores bancos de la zona del euro que aborden el riesgo de crédito y mejoren la eficiencia tras realizar en 2020 una revisión en la que ha mantenido el alivio de los requerimientos de capital por la pandemia de coronavirus.

El BCE ha publicado este jueves los resultados de su Proceso de Revisión y Evaluación Supervisora (PRES) realizado en 2020 y ha anunciado sus prioridades supervisoras para 2021.

Las principales deficiencias identificadas en 2020 se refieren “al riesgo de crédito, la adecuación del capital, la sostenibilidad de los modelos de negocio y la gobernanza interna”, precisa el BCE en un comunicado.

Por lo que se refiere al riesgo de crédito, la supervisión se centró en una clasificación y medición adecuadas de los riesgos en los balances de las entidades de crédito y su preparación para tratar oportunamente con los deudores en dificultades. El deterioro de las condiciones económicas durante la pandemia ralentizó el ritmo de la actual reducción de los préstamos dudosos, pero también existe un nivel inherente de dificultades en las carteras de préstamos que aún no es plenamente evidente, ha advertido el BCE. La eliminación progresiva de varias medidas de apoyo en 2021 podría aumentar el riesgo de efectos abruptos. Para fomentar planteamientos prudentes, los supervisores han comunicado a las entidades un número considerablemente mayor de recomendaciones.

Para 2021, en lo que se refiere al riesgo de crédito, los supervisores se centrarán en la adecuación de la medición y gestión del riesgo de crédito por parte de las entidades, con vistas a "fomentar la identificación oportuna, el seguimiento eficiente y la mitigación de la prociclicidad".

En cuanto a la solidez de capital, los supervisores expresaron preocupación por la fiabilidad de los marcos de planificación del capital de las entidades, por ejemplo en relación con su capacidad para elaborar proyecciones de capital fiables que abarquen un horizonte temporal de tres años, como parte de su proceso de evaluación de la adecuación del capital interno (ICAAP). Las entidades con escaso margen de capital, es decir, con un pequeño margen entre su ratio de capital y sus requerimientos mínimos, recibieron recomendaciones para mejorar su planificación de capital. Como parte de las medidas de alivio aprobadas por el BCE, las entidades pueden utilizar íntegramente los colchones de capital. En total, nueve entidades están haciendo uso de estas medidas, y los niveles de CET1 basados en el tercer trimestre de 2020 se sitúan por debajo de los requerimientos y la recomendación de CET1 anteriores a las medidas relacionadas con el Covid-19.

Para 2021, en lo que respecta a la solidez del capital, la prueba de resistencia a escala de la UE coordinada por la ABE será un factor fundamental y un elemento importante para calibrar la capacidad de resistencia del capital de las entidades, además de la evaluación supervisora continuada de su planificación del capital, ha dicho el BCE en la nota.

En cuanto a la sostenibilidad del modelo de negocio, los supervisores expresaron motivos de preocupación acerca de la fiabilidad de los planes de negocio de algunas entidades y los abordaron mediante recomendaciones cualitativas dirigidas a mejorar la rentabilidad. La rentabilidad descendió en 2020, debido principalmente al aumento de los flujos de deterioro del valor, al descenso de los ingresos netos por intereses y a la disminución de los honorarios y comisiones. La bajada de los márgenes intensificó la presión sobre las entidades para que ajustaran sus bases de costes, lo que llevó a la adopción de una serie de medidas de reducción de costes durante 2020, como la consolidación de sucursales, proyectos de innovación y acuerdos de trabajo a distancia. Los acontecimientos recientes han impulsado la tendencia hacia la digitalización de los procesos internos, aunque una de cada cuatro entidades sigue sufriendo retrasos en la puesta en marcha de estas iniciativas. Las entidades también han respondido a los retos planteados por las revisiones estratégicas o planes de reestructuración más amplios, así como por las operaciones nacionales de consolidación. Los supervisores han animado a las entidades a llevar a cabo estas revisiones estratégicas y a mejorar la eficiencia, y están siguiendo de cerca la aplicación de las medidas estratégicas de las entidades.

En 2021, seguirán sometiéndose a juicio crítico los planes estratégicos de las entidades y las medidas subyacentes adoptadas para subsanar las deficiencias estructurales existentes.

En lo que concierne a la gobernanza interna, la mayoría de las entidades gestionaron y supervisaron adecuadamente los riesgos derivados de la pandemia de Covid-19, ha dicho el BCE. No obstante, algunas entidades tardaron en hacer frente a los retos de gobernanza relacionados con la pandemia. En algunos casos, los supervisores constataron una falta de participación adecuada del órgano de dirección, con un seguimiento y una supervisión insuficientes de las funciones de negocio, en particular en relación con la adecuación de la comunicación de información. Además, también había problemas referidos a la gestión del riesgo de crédito en las funciones de control interno y deficiencias estructurales sostenidas en el ámbito de la agregación y la notificación de datos de riesgo.

Por lo que se refiere a la gobernanza interna, la supervisión seguirá centrándose en la adecuación de los marcos de gestión del riesgo de crisis, la agregación de datos de riesgo, los riesgos de TI y cibernéticos, así como los riesgos de blanqueo de capitales de las entidades.

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