ep logo del instituto del credito oficial ico en una de las puertas de acceso de su sede en madrid
Logo del Instituto del Crédito Oficial (ICO). Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

La línea de avales del ICO para blindar al 70% la emisión de pagarés tiene letra pequeña: solo pueden optar a ellos las compañías que emitan deuda desde España. El Gobierno deja automáticamente fuera de su paraguas de 4.000 millones de euros a las empresas que más lo necesitan.

Muchas de ellas vienen colocando sus bonos fuera de nuestro país a través de filiales (o de bancos de inversión en los que delegan la operación) y sin duda atraídos por los cantos de sirena que les llegan de otras regiones como Irlanda.

Más allá de Dublín (que ya ha ofrecido sus ventajas en trámites burocráticos, costes, fiscalidad y una mayor visibilidad a escala internacional a empresas del Ibex como Grifols, Acciona y Ferrovial), estas compañías registran sus bonos en Holanda, Luxemburgo, EEUU e incluso en Londres (pese a las incertidumbres que ha planteado y plantea el Brexit) antes que en España.

Ya lo advirtió la CNMV en uno de sus últimos informes trimestrales sobre renta fija: la actividad registrada en nuestro país viene de contraerse un 11% en 2019. Al mismo tiempo, las emisiones de compañías españolas en el extranjero han crecido un 6,7% hasta capitalizar un 50,3% del total. 2019 se convirtió así en el primer ejercicio en el que se colocó más deuda fuera que dentro del país.

Las dos primeras semanas de 2020 fueron especialmente reveladoras. En ellas se registró un 80% más de actividad respecto a 2019, pero solo Bankinter y Adif se atrevieron a emitir en España durante los primeros compases del año. Y eso que aún no había llegado la sequía al MARF que acompañó a la crisis del coronavirus.

Si miramos aún más hacia atrás, nos encontramos con que a mediados de 2018 doce empresas acudieron a Irlanda a financiarse (entre ellas, Ferrovial, Cellnex, Acciona, Enagás, Sacyr y CIE Automotive), según el Irish Stock Exchange. Especialmente llamativo fue el caso de Abengoa, una de las empresas españolas con más clara necesidad de refinanciación, que anunció en 2015 el impago de hasta seis emisiones de deuda registradas en Dublín.

LA CNMV Y BME, IMPOTENTES

El Gobierno confiará en que esta línea de avales espolee más la repatriación de la deuda emitida por empresas españolas no financieras ante la impotencia de la CNMV y BME. La primera sigue señalando que el proceso de registro de folletos se ha acelerado hasta el punto en el que la verificación de los requisitos de admisión lleva solo dos días. La segunda se reúne una y otra vez con los emisores para recordarles que sus tarifas han bajado un 50%. Pero nada.

Los argumentos y denodados esfuerzos de ambas solo lograron convencer a Aena, Colonial y Endesa a principios de año. Algo más tarde, llegaron las citadas emisiones de Bankinter y Adif. Desde entonces, la colocación de deuda en España es un solar que Pedro Sánchez aspira a recalificar.

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