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Las acciones de Air France-KLM han caído un 11,74% en la Bolsa de París, después de que Holanda se hiciera ayer con el 12,68% del capital del grupo, convirtiéndose el Estado holandés en su segundo mayor accionista por detrás del 14% que ostenta el Gobierno francés en la compañía aérea. Se trata de su mayor caída en el mercado desde el año 2012, en el que se fusionó con KLM.

Este movimiento ha sido acogido negativamente en el mercado, después de un 2018 complicado por la disputa salarial con sus trabajadores, pero que permitió al grupo obtener un beneficio neto de 409 millones en 2018, 2,5 veces más, pese al impacto de las huelgas.

La compañía estaba preparando sus compromisos con el Estado holandés para fortalecer el desarrollo de su 'hub' en el aeropuerto Schiphol como un centro europeo y apoyar el desarrollo de KLM.

El Ministerio de Finanzas de Países Bajos ha justificado su decisión debido a que el aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol y su principal usuario, KLM, son de "gran importancia para la economía holandesa", ya que "miles de empleos" están involucrados ya sea de forma directa o indirecta.

El objetivo de Holanda es elevar su participación en la línea franco-holandesa hasta el 14,29%, igualando de esta forma el peso accionarial que ostenta actualmente Francia. Por detrás se situarían las compañías China Eastern Airlines y Delta Air Lines, que tienen sendas participaciones del 8,76%.

LA COMPAÑÍA "MUY ATENTA" A LA OPERACIÓN

El consejo de administración del grupo franco-holandés ha tomado nota de la adquisición por parte del Estado holandés, realizada sin ninguna consulta, en un momento en el que en el seno de la compañía, se aprobó por unanimidad el diálogo entre los socios, en una nueva etapa de "diálogo y apertura", bajo el nuevo liderazgo del canadiense Benjamin Smith, el primer ejecutivo del grupo que no es francés.

En un comunicado, el consejo de administración de Air France-KLM asegura que estará "muy atento" a las consecuencias que esta adquisición supone para el grupo, para los empleados y para la percepción del mercado. De momento, asegura que este movimiento "no afectará a la nueva dinámica del grupo y de sus compañías".

El máximo órgano del grupo insta a los gerentes de la compañía a centrarse en el desarrollo del negocio y de la mejora operativa de Air France-KLM para que pueda ponerse a la cabeza del transporte aéreo europeo.

En 2018, el grupo planea aumentar la capacidad en un 2% frente al 3% aplicado en su red a lo largo del año 2018. Sin embargo, el ritmo de crecimiento de Transavia continuará entre un 9% y un 11% para este año.

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