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Material escolar en una de las aulas completamente vacía perteneciente a un colegio de la Comunidad de Madrid Jesús Hellín - Europa Press - Archivo

La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, confirmaba este lunes las medidas que ya se conocían en los centros educativos para el próximo curso. Septiembre, y especialmente este otoño, con la seria amenaza de un rebrote para el que ya se están preparando los sanitarios, sigue entrañando muchas incógnitas de cara a la vuelta al cole, que se van despejando poco a poco, aunque los profesores reconocen que aún no tienen claro cómo será su labor en cuanto se reinicien las clases después del verano. Por el momento, todo apunta a que en caso de un repunte del Covid, las escuelas permanecerán abiertas y se establecerán protocolos para aislar sólo a los alumnos afectados. La ministra así lo ha ratificado.

Los educadores han encarado la recta final del curso que acaban de dejar atrás muy pendientes de la evolución de la pandemia y han criticado la improvisación del Gobierno central y las consejerías autonómicas. “Nos hemos enterado de las noticias antes por al prensa que por los canales oficiales”, lamenta una profesora de un instituto de secundaria catalán que, al igual que el resto del colectivo, se queja de las horas extra de teletrabajo que las administraciones “no tienen sobre la mesa compensar”, según ha indicado la misma Celaá durante una entrevista en Rac1.

Ahora exigen, al igual que las familias, un plan para que el curso 2020-2021 la educación y el aprendizaje queden completamente salvaguardados. Pero lejos de contar con una hoja de ruta clara, por el momento sólo se les ha transmitido la consigna de que la prioridad será mantener los centros educativos abiertos. Y no por los canales oficiales, una vez más, la del rumor que lleva semanas circulando ha sido en un medio de comunicación.

Pero lo cierto es que en los centros de primaria ya se está diseñando un procedimiento para que los estudiantes se repartan en grupos con ratios más reducidas, de 8 a 10 alumnos, y que sólo se relacionen con los miembros de su clase, tanto en el aula como en el recreo. Así, de producirse un contagio, el protocolo será aislar a ese grupo en concreto durante, como mínimo quince días, hasta asegurar que no hay más casos y, pasado este tiempo, poder volver al cole.

El plan tiene lógica. En infantil y primaria se trabaja con la idea de que al rebajar el número de alumnos por clase habrá distancia suficiente como para que los estudiantes puedan estar sin mascarilla en ese espacio y disfrutar de recreos de 10 minutos con mascarilla, según explican fuentes conocedoras. Pero la realidad es que “no tenemos aulas” para distribuir al alumnado, se queja una profesora de educación infantil de un colegio público de la provincia de Barcelona. La solución no está clara y pasa por ocupar espacios municipales como bibliotecas o pabellones deportivos.

En secundaria el procedimiento todavía es confuso. Con alumnos más mayores se baraja la posibilidad de que alternen un día de clase con otro telestudiando desde sus domicilios, de manera que haya suficiente espacio como para respetar la distancia social. Sin embargo, la carga de trabajo para el profesorado se multiplicará y, salvo excepciones, no se valora contratar personal docente extra. “Nos ha dicho que tenemos que estar disponibles mañana tarde y noche, que primero les tocó a los sanitarios, porque la prioridad era la salud, y ahora nos toca a nosotros porque la primera línea de batalla será la educación”, explica una profesora de secundaria.

VOLVER A LA NORMALIDAD

En cualquier caso, el colectivo en general se ha hecho a la idea de que el próximo será un curso en que se les exigirá un elevado nivel de adaptación. “Empezaremos de una manera y pasadas dos semanas seguro que estamos haciendo otras cosas”, asume una educadora de infantil.

La esperanza de todos, hasta de la ministra, es que llegue una vacuna que les permita recuperar la normalidad. "Veremos cómo transcurre el (próximo) curso. Tengo la esperanza de que la ciencia nos pueda proporcionar vacuna o remedio antes de final de curso y podamos adecuarnos a los espacios ordinarios", ha expresado Celaá. "A ver si en Navidad podemos actuar ya con normalidad", ha añadido al respecto.

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