El próximo curso escolar se retomarán las clases presenciales, pero se seguirá manteniendo la obligación de llevar mascarilla y los llamados grupos burbuja, así como respetar la distancia entre alumnos de 1,2 metros. Así es la propuesta que el Ministerio de Educación ha remitido a las CCAA.
Estas medidas serán analizada desde el punto de vista técnico en una reunión sanitaria, este jueves, y otra educativa, el viernes.
El texto señala que "se garantizará la máxima presencialidad para todos los niveles y etapas del sistema educativo al menos en el escenario de nueva normalidad, nivel de alerta 1 y 2". Eso sí, "en el nivel de alerta 3 y 4, en el caso excepcional de que no se pudieran cumplir las medidas, se podría pasar a semipresencialidad sólo a partir de 3º de la ESO". Además, si se diera el caso de tener que volver a la semipresencialidad en la ESO y Bachillerato, se haría "priorizando la asistencia de alumnado con dificultades sociales o académicas".
La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha apostado este jueves por volver a las clases presenciales en todos los tramos de la enseñanza porque las ventajas son "muy superiores a cualquier riesgo o eventualidad", una cuestión que debatirá el próximo día 19 con Sanidad y las CCAA.
La ministra ha destacado en particular la eficacia de dos medidas: el uso de la mascarilla a partir de los 6 años y la ventilación de las aulas. "La vuelta a la presencialidad es insustituible, merece la pena mantenerlas abiertas (las aulas)", también porque la incidencia "ha sido menor y ha sido muy soportable", ha insistido durante su intervención en el debate "Oportunidades para la cooperación educativa en Iberoamérica" organizado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Agencia EFE.
