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Establecimiento cerradoCharlotte Gekiere/BELGA/dpa

Tras la Gran Reclusión, llega la desescalada. Los países están reabriendo parcialmente sus economías tras haber confinado a su población y haber paralizado gran parte de la actividad para contener la pandemia de coronavirus. Lo están haciendo poco a poco, con precaución, y no es para menos ya que lo que más se teme es un rebrote, por el daño en términos económicos y de confianza que podría causar. Pero, ¿y si pese a todo la vuelta a la 'nueva normalidad' provoca otra ola de infecciones? Los expertos lo tienen claro: "Veremos cierres a nivel regional en vez de nacional".

Es la predicción que hacen los expertos de Berenberg, que creen que ante posibles rebrotes de la enfermedad "es probable que muchos países diferencien las medidas por regiones", de forma que no se vean de nuevo grandes cierres nacionales, sino solo de determinadas zonas. En el caso de España, por ejemplo, podría darse el caso de que algunas comunidades, al verse más afectadas, volviesen al confinamiento, mientras que aquellas en las que las cifras de contagios estuviesen controladas podrían seguir con la desescalada o inmersas ya en la 'nueva normalidad', según la previsión de estos analistas. De hecho, en nuestro país la reapertura por fases será desigual, dependiendo de la situación de cada región.

"Un nuevo aumento regional de las infecciones se encontraría primeramente con nuevos cierres a nivel regional en lugar de nacional", insiste la firma alemana, que cree que ahora será más sencillo detectar nuevos contagios de forma "temprana", es decir, antes de que se extiendan ampliamente, dadas las pruebas y test que se están realizando en todos los países, y eso "refuerza los argumentos a favor de ese enfoque regional".

Precisamente en Alemania ya se está barajando esta idea, ya que el Gobierno de Angela Merkel ha propuesto reponer los cierres en las regiones cuando la tasa de infecciones supere el límite semanal de 50 casos por cada 100.000 habitantes. El país germano ha sido uno de los primeros en empezar a reabrir su economía, junto con Austria, por lo que es posible que otros como España, Italia o Francia le tomen como referencia a la hora de fijar medidas de este tipo.

De momento, todos van con pies de plomo para no echar por tierra el esfuerzo realizado hasta ahora, y para que los cierres y el confinamiento hayan tenido sentido. "Un aumento ocasional y modesto de los casos puede no ser en sí mismo alarmante", remarca Berenberg, que cree que lo importante será monitorizar esos datos para ver si apuntan al riesgo de que haya un nuevo aumento de la carga de trabajo para el sistema sanitario.

Y es que si hay otro fuerte incremento de las infecciones, y vuelven a colapsar los hospitales, eso "podría suponer un peaje más duro para las economías y los mercados que un retorno más gradual de la economía a la normalidad". Sobre todo porque el endurecimiento (otra vez) de las restricciones para contener una posible segunda ola de contagios también "podría ser mucho más controvertido políticamente que mantenerlas un poco más en el tiempo".

En opinión de los analistas de la firma germana, "la necesidad potencial de reimponer cierres más severos sigue siendo el riesgo clave a tener en cuenta en las perspectivas económicas y financieras en todo el mundo avanzado".

LOS MÁS Y MENOS PREPARADOS PARA LA REAPERTURA

Hay que tener en cuenta que la pandemia no ha incidido por igual en todos los países, y que no todos han podido controlar de la misma forma la expansión del Covid-19. Por eso no todos están igual de preparados para la reapertura. "A juzgar por lo mucho que se ha aplanado la curva de infección, Austria, Suiza, España, Italia y Alemania están bien situados para atenuar las restricciones (bastante diferentes) que han impuesto", y "lo mismo podría aplicarse a Grecia y Francia, a pesar de la baja tasa de pruebas" que están realizando, dice Berenberg. Sin embargo, "EEUU, Reino Unido y Suecia parecen estar rezagados".

Como reflejo de las diferencias en la forma en que los países han respondido a la pandemia, las estrategias de flexibilización de los cierres también varían significativamente entre unos y otros. Aunque cabe esperar al menos varias características comunes, como por ejemplo que los grandes eventos públicos sean los últimos en volver. "Sorprendería ver un partido en casa de nuestros clubes de fútbol favoritos en un estadio lleno antes de que termine el año", dicen estos analistas, que ven un perfecto ejemplo de este punto en el hecho de que Baviera haya cancelado el Oktoberfest.

También creen probable que los viajes transfronterizos "estén sujetos a severos controles durante mucho tiempo, especialmente viajes de larga distancia con países en los que el virus puede estar aún menos controlado".

Aunque, sea como sea, el éxito o el posible fracaso de las estrategias para aliviar los bloqueos depende no solo de la orden administrativa y el cumplimiento del nuevo estado de restricciones, sino también de otros factores como los cambios en el comportamiento individual (si la gente mantiene o no la distancia de seguridad, o si usa o no mascarillas). "Eso puede jugar un papel importante", afirma Berenberg.

Y más en un momento en el que la incertidumbre "sigue siendo elevada", ya que "solo el tiempo dirá si la pandemia sigue estando suficientemente controlada". El pronóstico de estos analistas es que "los cierres se irán levantando gradualmente en mayo y junio".

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