• Escolano se estrenará en el cargo este viernes, en la reunión del Consejo de Ministros
  • Además de Bankia, deberá enfrentar la aprobación de los PGE y apuntalar la recuperación
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Román EscolanoICO - Archivo
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El nuevo ministro de Economía, Román Escolano, cogerá el testigo a Luis de Guindos este mismo viernes. Su rápido estreno en el Consejo de Ministros, apenas 48 horas después hacerse oficial su nombramiento, es una muestra de la rapidez con la que va a tener que trabajar el hasta ahora vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) una vez asuma el cargo. Tendrá que adaptarse a contrarreloj, y es que entre los retos que tendrá que afrontar hay uno que sobresale por encima de todos: vender la participación estatal en Bankia antes de que acabe 2019.

Escolano, zaragozano de 52 años, tendrá que pisar el acelerador para cumplir los plazos de desinversión que se ha marcado el Gobierno para completar su salida de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri. Precisamente, el banquero reconocía esta semana, en una entrevista en 'Financial Times', las dificultades que va a tener el Ejecutivo para lograrlo, señalando que está en una “posición muy delicada” para vender el 60,63% que aún posee de Bankia, y resaltando que si no quiere perder dinero, tendrá que deshacerse de sus acciones a un precio que supere en un 160% la cotización actual.

Pero Goirigolzarri no se quedó ahí. También manifestó que Bankia es una "buena combinación" para el resto de los grandes bancos españoles. El presidente de Bankia, por tanto, se dejó querer, y de manera muy especial lo hizo con BBVA, una maniobra cuya carambola a tres bandas queda completada precisamente con la llegada de Escolano a Economía. El nuevo ministro fue el responsable de las relaciones institucionales del banco entre 2006 y 2011, periodo en el que, entre otros, trabajó estrechamente con el actual presidente de BBVA, Francisco González, y el propio Goirigolzarri, consejero delegado del banco hasta 2009.

El Estado aún posee un 60,6% de Bankia, y debe deshacerse de esa participación antes del 31 de diciembre de 2019

Esta concatenación de mensajes y nombramientos alimenta la incertidumbre -y los rumores, y la polémica- sobre el futuro de Bankia, siempre con el calendario presionando. De ahí el gran reto que se le plantea a Escolano, que no puede perder ni un minuto si quiere cumplir con el calendario previsto. Cada día que pasa es uno menos de los casi 20 meses que se ha dado el Ejecutivo de Mariano Rajoy para encontrar un comprador para el paquete accionarial de Bankia que aún obra en su poder.

La fecha límite para que el Estado deje de participar en el capital de la entidad financiera es el 31 de diciembre de 2019, y dado que la tarea de buscar un nuevo 'dueño' se le ha resistido a Guindos -sólo ha podido vender el 7,5% del banco en 2014 y otro 7% en 2017-, su sucesor tendrá que trabajar sin descanso no sólo para encontrarlo, sino para sellar la venta en el mejor momento, con el fin de maximizar la recuperación de las ayudas públicas que recibió la entidad. Sobre todo porque mientras se completa la privatización de Bankia, el Gobierno seguirá devolviendo fondos del rescate a la banca, de 41.300 millones de euros, que desembolsó el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) entre diciembre de 2012 y febrero de 2013. La deuda pendiente alcanza los 26.700 millones.

No obstante, si al Gobierno le cuesta encontrar 'novio' a la entidad, tampoco se va a ir con las manos vacías. Hace unos días Bankia dio a conocer su Plan Estratégico 2018-2020, en el que anunciaba su intención de elevar al 45%-50% el porcentaje de beneficios destinado al pago de dividendo ordinario en efectivo, hasta un total de 2.500 millones de euros en los próximos años. Así, si el Estado ajusta los plazos y mantiene hasta el último momento su participación actual, que le convierte en el principal accionista de la entidad, cobrará los 1.500 millones que le corresponderán por ese 60,63% que tiene del banco. Incluso si va reduciendo poco a poco su peso en Bankia, ingresará la parte proporcional de la participación que ostente en el momento del reparto del dividendo.

APUNTALAR LA RECUPERACIÓN

Román Escolano releva a Guindos en un momento trascendental para Bankia, pero también para la economía española. Al nuevo titular del Ministerio le corresponderá llevar a cabo las reformas que quedan pendientes para seguir apuntalando la recuperación y mantener las tasas de crecimiento que han permitido a España ponerse a la cabeza de la Unión Europea. Para este año, se espera que el Producto Interior Bruto (PIB) se eleve al menos un 2,5%, ya que sólo así se podrán mantener los niveles actuales de creación de empleo, de más de medio millón de puestos al año, y alcanzar el objetivo de 20 millones de ocupados en 2020 que se ha marcado el Gobierno.

Una tarea que a Escolano no le resultará difícil dada su experiencia. A lo largo de su vida laboral ha pasado por diferentes puestos de responsabilidad, aunque destaca su trabajo entre el año 2000 y el 2004 como director del departamento de Economía del gabinete de José María Aznar. Ya conoce la actividad interna del Gobierno, lo que facilitará su adaptación y, quizá, la otra ardua tarea que deberá afrontar en las próximas semanas: la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2018. La previsión es que el Consejo de Ministros dé 'luz verde' a las cuentas públicas en su reunión del 23 de marzo, y a partir de ahí se iniciará la tramitación parlamentaria y echarán a andar las negociaciones con el resto de partidos, cuyo apoyo es necesario para sacar adelante los PGE.

Aunque su experiencia en el ámbito internacional también puede servirle de ayuda, no sólo para gestionar cuestiones internas, sino también para impulsar el papel de España en Europa. El nombramiento de Escolano ha sido aplaudido y criticado a partes iguales precisamente por ello, ya que mientras que algunos ven en el nuevo ministro a alguien con experiencia en distintos ámbitos capaz de asumir las riendas de Economía con éxito, otros recuerdan que la decisión de Rajoy supone perder un puesto en las instituciones europeas, concretamente en el BEI, justo cuando se acaba de ganar uno, la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE) que desde el 1 de junio ostentará Luis de Guindos.

ÉXITOS A SUS ESPALDAS

Sea como sea, nadie puede negar los éxitos que Román Escolano atesora a sus espaldas, y que también le servirán como carta de presentación. Durante su etapa como máximo responsable del Instituto de Crédito Oficial (ICO), entre 2012 y 2014, impulsó el lanzamiento del Fond-ICO, un modelo de apoyo público a la inversión en capital riesgo que revolucionó la inversión en empresas a partir de 2013 y que España copió a Israel.

Uno de los grandes éxitos de Escolano es el lanzamiento de Fond-ICO, el fondo de fondos de capital riesgo público que revolucionó la inversión en empresas a partir de 2013

El aragonés impulsó el Fond-ICO aprovechando el apetito de los fondos de capital riesgo por realizar inversiones en distintos sectores españoles, y lo hizo en un momento en el que empezaba a mejorar la confianza en la economía española. Ahora es uno de los principales tractores de la inversión extranjera en empresas nacionales, hasta el punto de que ha llevado al sector del capital riesgo hasta cifras récord.

Hace una semana el ICO lanzaba la décima convocatoria de Fond-ICO Global, con el compromiso de invertir 197 millones de euros a través de ocho fondos. En las anteriores nueve convocatorias se han realizado inversiones en un total de 64 fondos privados por un importe de 1.424 millones de euros.

Además, los fondos participados por Fond-ICO Global han invertido más de 1.683 millones euros en 330 compañías españolas, que emplean a más de 100.000 trabajadores, según datos de la propia institución. Y dado al efecto multiplicador que se genera con este instrumento, el compromiso de inversión de Fond-ICO Global en las nueve convocatorias realizadas hasta ahora supone una inyección potencial de 5.546 millones euros en compañías españolas.

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