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Las posturas siguen estando muy alejadas, pero todos los actores en la negociación sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea tienen su vista puesta en noviembre como fecha límite para alcanzar un acuerdo, si es que este finalmente se produce. Antes, la primera ministra británica Theresa May tendrá que resolver las disputas internas de su partido y los últimos flecos del acuerdo tendrán que cerrarse en la cumbre europea de octubre si se quiere evitar el fracaso de la negociación y un Brexit sin acuerdo de desconocidas consecuencias.

La cumbre desarrollada en la ciudad austriaca de Salzburgo a mediados de esta semana resultó en nulos avances y May volvió al Reino Unido con una postura mucho más debilitada de la que tenía. Los medios británicos hablaron el viernes de "humillación" de la primera ministra por el desdén con el que los líderes europeos trataron a su plan para el Brexit. Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo, dijo que "no funcionaría" y el presidente francés Emannuel Macron lo calificó de "inaceptable".

A pesar de esto, la libra alcanzó este jueves su máximo de los últimos dos meses, mostrando que los mercados son optimistas sobre la posibilidad de que Londres y Bruselas lleguen a un punto intermedio en las próximas semanas. El viernes, tras una comparecencia de May en la que asumió una línea argumental más dura, la libra volvió a caer más de un 1% frente al euro. "No es aceptable que la UE simplemente rechace las propuestas británicas sin una explicación detallada ni contrapropuestas", declaró una May.

LA FRONTERA IRLANDESA, PRINCIPAL OBSTÁCULO

Salzburgo dejó claro lo que ya se sabía, la frontera de Irlanda del Norte es el aspecto que más aleja a ambas partes y sigue sin aparecer una solución convincente. La única frontera terrestre del Reino Unido con el resto de la UE está siendo un quebradero de cabeza para la primera ministra conservadora Theresa May, cuyo Gobierno en minoría depende además del apoyo de los unionistas norirlandeses del DUP.

La necesidad de establecer una frontera arancelaria en algún punto está chocando con la negativa de la República de Irlanda, que ve el regreso de una frontera dura al norte de la isla como un riesgo para su economía y para el acuerdo de paz entre republicanos y unionistas en el Ulster.

La propuesta de la UE, de situar la aduana en el Mar de Irlanda y dejar de facto a Irlanda del Norte dentro de la unión aduanera de la UE ha sido, por su parte, rechazada tajantemente por los unionistas y por el propio Gobierno británico. La única oferta alternativa es un desdibujado plan de aduanas en puertos, barcos y puntos que no necesariamente se encuentren en la frontera entre el Reino Unido e Irlanda.

EL FRENTE INTERNO DE MAY: 30 SEPTIEMBRE

Antes de encontrar una solución para Irlanda del Norte, May tendrá que poner fin a la revuelta que se desarrolla entre sus propias filas desde comienzos de verano. El que fuera ministro de Exteriores y uno de los portavoces de la campaña a favor del Brexit, dimitió en julio por discrepancias con el plan propuesto por la primera ministra para abandonar la UE.

Para el ala más euroescéptica del partido conservador, abanderada ahora por Johnson, las soluciones propuestas por May harán que el Reino Unido siga atado a las normas comunitarias. Según publicó el jueves el diario británico 'The Telegraph', estaría circulando un documento con posibles candidatos para la primera ministra dentro del partido.

En este contexto, entre el 30 de septiembre y el 3 de octubre tendrá lugar la conferencia anual del partido conservador en la que May tendrá la oportunidad de hacer las concesiones necesarias a los más díscolos de su partido y alcanzar una posición que pueda cerrar el frente interno. Dadas las divisiones internas, el resultado es altamente impredecible y los mercados estarán atentos a cualquier acontecimiento inesperado.

El acuerdo final que May logre alcanzar con Bruselas tendrá que ser refrendado por un dividido parlamento británico en el que no existe la disciplina de partido por lo que los propios diputados conservadores podrían ser lo que tumbaran el acuerdo si May no consigue convencerlos en las próximas semanas.

CUMBRES EN OCTUBRE Y NOVIEMBRE

Superada la rebelión interna, May tendría dos cumbres por delante para cerrar el acuerdo con Bruselas y tratar de firmarlo en su última oportunidad, previsiblemente a mediados de noviembre. La UE quiere que la delegación británica llegue a la cumbre del 18 de octubre con un borrador terminado sobre la futura relación entre el Reino Unido y el bloque. Los días previos serán de gran incertidumbre, con conversaciones de última hora que pueden provocar vuelcos en los mercados.

A menos que se cumplan lo peores presagios y no se alcance un entendimiento, la firma del acuerdo podría tener lugar el 17 o 18 de noviembre, cuando se celebrará una cumbre especial, según anunció el jueves Tusk. May, sin embargo, quiso reforzar su posición en la negociación y afirmó en rueda de prensa el jueves que el Reino Unido está "preparado para un escenario sin acuerdo".

El 29 de marzo de 2019 se cumplirán dos años desde que May iniciara el proceso con la apelara al artículo 50 del Tratado de Lisboa y, por tanto, será la fecha oficial de salida del Reino Unido de la UE. Se iniciará entonces un proceso de transición que culminará en enero 2020, cuando el Reino Unido y la UE comenzarán a comerciar como dos actores completamente independientes.

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