ep declaracion institucionalpedro sanchezcomunicarfechalas proxim 20190215110601
Declaración institucional de Pedro Sánchez para comunicar la fecha de las eleccionesOscar del Pozo - Europa Press

España volverá a las urnas el próximo 28 de abril. Tras el rechazo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019 elaborados por el Gobierno de Pedro Sánchez, el presidente ha decidido dar voz -y voto- a los españoles. El nuevo Ejecutivo que surja de estos comicios tendrá muchos retos ante sí, aunque quizá el más grande de todos sea el de cuadrar las cuentas.

Sánchez se va, pero deja a su sucesor un 'regalo' envenenado que no podrá rehuir. La disolución de las Cortes el próximo 5 de marzo hará que no salgan adelante algunos de los nuevos impuestos planteados por el Ejecutivo pendientes de aprobación, y eso a su vez complicará la tarea de cuadrar las cuentas. El nuevo Gobierno tendrá que hacer ajustes en base a las partidas planteadas en los PGE de 2018, elaborados por el PP y prorrogados, pero deberá hacerlo enfrentándose a una lista de gastos que se ha visto inflada por las medidas aprobadas por los socialistas a golpe de Decreto Ley.

Estas partidas ya están comprometidas, y como dijo Sánchez este viernes en su comparecencia para anunciar el adelanto electoral, se mantendrán. Se trata, por ejemplo, del aumento de las pensiones y de la subida del salario de los funcionarios, que incrementarán el gasto este año en más de 6.000 millones de euros. También la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 900 euros se mantendrá, lo que supone que aumentarán los ingresos por cotizaciones, pero también el desembolso que tendrá que hacer la administración en prestaciones.

Para 'pagar' estas medidas el Ejecutivo de Sánchez pretendía aprobar el impuesto que grava las transacciones financieras (tasa Tobin) o el impuesto sobre determinados servicios digitales (tasa Google), cuya creación iba a permitir ingresar 2.050 millones de euros a las arcas públicas. Ahora quedan en el aire, como también el incremento de otros tributos que se detallaba en los Presupuestos, como la subida del IRPF, del Impuesto de Patrimonio, del diésel y, sobre todo, el incremento del tipo mínimo del Impuesto de Sociedades al 15%. En total, sumando las tasas Google y Tobin al resto de impuestos, los nuevos ingresos tributarios ascendían a 5.654 millones.

OTRO PROBLEMA: EL DÉFICIT

Ahora, con el 'no' a los Presupuestos, esos ingresos se han borrado de un plumazo, lo que significa que hay más gastos que asumir, y menos dinero para hacerlo. Pero ese no es el único problema con el que se va a encontrar el nuevo Gobierno, y es que esta situación provocará, a su vez, otro dolor de cabeza: el aumento del déficit público. Ya lo advertía la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, esta semana en el debate de las enmiendas a la totalidad a los PGE en el Congreso, donde adelantó que el rechazo de las cuentas abocaba a la economía a enfrentarse a un déficit que oscilará entre el 2,2% o 2,4% del PIB este año, frente al 1,3% previsto, lo que supondrá el incumplimiento del objetivo pactado con Bruselas y "obligará a tomar medidas", dado que se traducirá en un desvío de casi 13.000 millones de euros.

"Si hay una convocatoria electoral, imagino que el Gobierno entrante adoptará las medidas correspondientes" para "hacer un reajuste de las cuentas públicas" y ver "cómo y de qué manera se pueden ajustar más al cumplimiento del objetivo de déficit", señalaba Montero. Aunque será difícil, ya que sin los recursos necesarios, la reducción del déficit pasa a depender únicamente del ciclo económico, y precisamente la economía española, aunque sigue creciendo a un ritmo fuerte, ya ha empezado a mostrar signos de debilitamiento. Las previsiones del Ejecutivo de Sánchez apuntan a que el PIB crecerá un 2,2% este año, aunque tanto las tensiones comerciales entre EEUU y China y la incertidumbre por el Brexit son amenazas que pueden pasar factura.

Más problemas que llegan justo antes de que la Comisión Europea confirme de forma oficial que España ha salido del procedimiento de déficit excesivo al lograr que la desviación presupuestaria se quedase en el 2,7% en 2018. Bruselas no ha entrado a comentar la situación de incertidumbre en la que se ha sumido el país, aunque las señales que se envían al Ejecutivo comunitario no son nada tranquilizadoras. Solo hay que recordar que la fragmentación parlamentaria que esta semana provocaba el rechazo a los PGE para este año también impidió al Gobierno de Sánchez aprobar un objetivo de déficit más relajado para 2019, del 1,8% en lugar del 1,3% fijado por el anterior gabinete de Mariano Rajoy, que es el que está vigente. Las nuevas elecciones no presagian ningún cambio sustancial en la composición de las Cortes, lo que hace pensar que la gobernabilidad y la aprobación de reformas seguirá siendo complicada.

Noticias relacionadas

contador