calvino moncloa

Las expectativas de una rápida recuperación tras la recesión que se nos viene encima, reiteradas ayer por la vicepresidenta Nadia Calviño, son puestas en duda por numerosos economistas y analistas. Incluso aunque la crisis sanitaria no se prolongue más allá del mes previsto (que está por ver), la recuperación posterior será lenta y muy dura. En parte, por la dificultad para recuperar la inercia y, en otra parte nada desdeñable, por la mala imagen que España está dando al mundo, que afectará mucho al turismo y las exportaciones.

Todas las asociaciones empresariales y de autónomos insisten en ello: la decisión de confinar a todo el país un mes implicará un frenazo total de su actividad que les hará perder unos ingresos que no van a recuperar; y después, no será nada fácil recupera el ritmo anterior (que ya se estaba ralentizando, como confirmó el lunes el Banco de España).

"La economía tiene una inercia muy fuerte, por eso el crecimiento se mantiene durante un tiempo al inicio de una crisis, como pasó en 2019. Por eso mismo, si la frenas completamente, como está sucediendo ahora, luego tarda en arrancar y en coger de nuevo esa inercia; no es algo instantáneo como parece pensar el Gobierno", explica un analista que prefiere el anonimato.

Eso será así en todos los sectores económicos salvo los que no han interrumpido la actividad (básicamente, el primario y la industria y la distribución alimentarias). Es fácil de entender: aunque celebremos el fin del confinamiento con un banquete con la familia o los amigos, la gente tardará en recuperar el nivel de consumo previo a la crisis en bienes que no sean de primera necesidad, y mucho más si hablamos de automóviles o viviendas. Y lo mismo cabe decir de la inversión en construcción, bienes de equipo, etc.

LA GESTIÓN DEL GOBIERNO ALARMA AL RESTO DEL MUNDO

Pero esta situación será todavía más grave en los sectores abiertos al exterior, es decir, turismo y exportaciones (que suponen casi la mitad del PIB y que son los que nos sacaron de la última crisis). La razón es la mala imagen que está dando España en esta crisis, de improvisación, falta de seriedad, y chapuza en general. Es decir, que no somos fiables: los tópicos ancestrales de los que no nos hemos logrado librar nunca y que ahora se redoblan.

Un mala imagen derivada de la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez. Como es sabido, no tomó ninguna medida antes de que llegara la epidemia (pese a que ya estaba haciendo estragos en Italia), sino que despreció su gravedad y, de hecho, no evitó acontecimientos masivos ya en marzo, cosa que han criticado duramente medios como el New York Times. Después, cuando el brote ya era una evidencia, no fue capaz de reaccionar para tratar de controlarlo mediante tests masivos como en Corea o Singapur, incumpliendo las directrices de la OMS.

Tampoco se dio prisa para dotar de medios a los hospitales, lo que ha derivado en su colapso y en imágenes lamentables que están dando la vuelta al mundo como la de este mismo lunes en un centro madrileño publicada en el Bild alemán.

bild hospital español

Solo una vez que, debido a esa inacción, el brote era ya incontrolable, el Ejecutivo decidió decretar el confinamiento obligatorio, y lo hizo cinco días después de que Madrid suspendiera las clases. Esta tardanza permitió que muchos estudiantes volvieran a sus lugares de origen en transporte público y que muchísimos ciudadanos madrileños (y de otras ciudades) huyeran a su segunda residencia, extendiendo más el virus. Incluso ahora, los incumplimientos del confinamiento son constantes sin que apenas haya consecuencias. Por último, solo ahora se ha puesto a montar hospitales de campaña, a comprar material sanitario y a utilizar el Ejército.

MÁS PROBABLE UNA RECUPERACIÓN EN FORMA DE 'L' QUE DE 'V'

Todo esto "ha generado una pésima imagen de España en el exterior y una enorme desconfianza hacia nosotros, lo que irremediablemente va a tener impacto en el turismo: los extranjeros tendrán miedo a que un posible rebrote les pille aquí. Pero también afectará a las exportaciones 'marca España' e incluso a las inversiones", que ya estaban bastante paradas en algunos sectores como el inmobiliario por las medidas negativas anunciadas por el Ejecutivo, señala otro economista.

Con este enorme problema en una parte importante de nuestro PIB y las dificultades para recuperar la inercia del resto, será muy difícil ver la ansiada recuperación en 'V' y será bastante más probable que tenga forma de 'L'. E incluso podría ser peor, si el confinamiento se alarga todavía más allá del 11 de abril.

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