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Archivo - Fachada del edificio del Banco de España en Madrid.Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

Las políticas públicas desplegadas durante la pandemia han podido ser claves para explicar los efectos moderados en las empresas en comparación con crisis anteriores, según concluye el Banco de España en su último Artículo Analítico sobre la evolución de la solvencia y de la demografía empresarial en España desde el inicio de la pandemia.

Como detalla el organismo, citando datos del Directorio Central de Empresas (DIRCE) del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 se redujo moderadamente el número de empresas activas, entendidas como el conjunto de sociedades mercantiles y empresarios individuales5, hasta situarse en 3.366.570, y lo hizo por primera vez desde 2013. La caída en 2020 fue del 1,1% (37.858 empresas menos), más moderada que la observada durante la crisis financiera iniciada en 2008 —que supuso una reducción del 1,5%, en promedio, entre 2008 y 2013—.

Esta caída del número de empresas activas en 2020 se explica por una disminución de las altas y no por un aumento de las bajas. Así, se produjo una fuerte caída del número de altas de empresas, que afectó tanto a las sociedades como a los empresarios individuales, en línea con lo observado durante la crisis de 2008. En cambio, a diferencia de lo ocurrido entonces, no aumentó el número total de bajas de empresas. De hecho, se observó incluso una disminución de un 1%.

Por otro lado, en cuanto a la evolución de la solvencia empresarial, los datos muestran un intenso repunte de los concursos de empresarios individuales desde la segunda mitad de 2020, que se ha prolongado en 2021, hasta alcanzar cifras casi cinco veces más elevadas que las de 2019. En todo caso, a pesar de este fuerte aumento, las cifras absolutas siguen siendo reducidas (apenas 2.036 concursos en 2021 para una población de cerca de 1,9 millones de empresarios individuales).

El Banco de España destaca que este incremento, que se ha producido a pesar de la moratoria concursal vigente desde marzo de 2020, ha venido impulsado por los mayores incentivos que tienen las personas físicas para utilizar estos procedimientos tras la reforma de 2015 que introdujo el denominado "mecanismo de segunda oportunidad".

Por su parte, el volumen total de préstamos dudosos concedidos a las sociedades no financieras (SNF) y empresarios individuales ha seguido reduciéndose durante 2020, 2021 y el primer trimestre de 2022, aunque a un ritmo más lento que el observado antes de la pandemia. Esta evolución, junto con la expansión del saldo de crédito, ha propiciado que la ratio de préstamos dudosos sobre el total de préstamos concedidos a las empresas se haya reducido desde el 6,3% de finales de 2019 hasta el 5,4% del primer trimestre de 2022.

El organismo español concluye que, durante 2021 y la parte transcurrida de 2022, se ha observado una recuperación progresiva del número de empresas activas. La evolución de los indicadores de solvencia empresarial también evidencia que hasta ahora se habría producido un deterioro relativamente moderado, aunque muy heterogéneo por sectores.

En todo caso, el repunte de los créditos en vigilancia especial, especialmente en los sectores más afectados por la crisis, muestra la existencia de riesgos latentes para la solvencia empresarial a medio plazo, en un contexto en el que un alto porcentaje de los préstamos garantizados por el Estado finalizan sus períodos de carencia durante este año. Estos riesgos podrían materializarse, especialmente, si la recuperación económica fuera menos vigorosa de lo esperado como consecuencia, por ejemplo, de una eventual escalada de las tensiones vinculadas con la guerra en Ucrania, asegura el Banco de España.

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