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Ricardo Rubio - Europa Press - Archivo

Tras los últimos datos publicados y el impacto de los acontecimientos más recientes, como el conflicto Rusia-Ucrania, parece que la inflación en la eurozona se mantendrá muy por encima del objetivo del Banco Central Europeo (BCE) durante mucho tiempo. La energía y los combustibles están empujando al alza este indicador. Pero hay más allá de lo que preocuparse. La inflación subyacente también repunta, lo que parece augurar que los precios seguirán altos al menos todo lo que queda de año.

Según la estimación preliminar de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea (UE), la inflación anual de la zona euro se situó en el 5,8% en febrero de 2022, frente al 5,1% de enero. El dato representa el mayor encarecimiento de los precios de toda la serie histórica. Si se excluye del cálculo el impacto de la energía, la inflación interanual de la eurozona se situó en febrero en el 3%, frente al 2,5% del mes anterior. Por su parte, la inflación subyacente (que excluye alimentos, energía, alcohol y tabaco) pasó del 2,3% al 2,7%.

El repunte de la inflación fue generalizado en todos los países y categorías de productos, y todas las principales economías del bloque registraron lecturas de inflación que superaron las expectativas del consenso.

"El hecho de que la tasa subyacente alcanzara un máximo histórico sugiere que el aumento se debió a algo más que efectos puntuales", destacan los analistas de Capital Economics. De cara al futuro, todos los indicadores de las encuestas más recientes sugieren que las presiones de los precios siguen siendo extremadamente fuertes, "por lo que esperamos que la inflación subyacente aumente aún más". Junto con una mayor inflación de la energía y los alimentos, esto debería impulsar la tasa general por encima del 6%, probablemente en marzo. Más allá de eso, tanto la inflación general como la subyacente seguramente se mantendrán por encima del objetivo del 2% hasta bien entrado el próximo año, si no por mucho más tiempo", estiman.

Dados los precios más altos esperados del petróleo y el gas y las posibles interrupciones en el suministro, "esperamos que los precios de la energía mantengan la inflación general muy por encima del objetivo al menos durante el resto de este año", dicen desde Oxford Economics, que destacan el efecto de la invasión rusa de Ucrania en los precios de las materias primas y los alimentos y el posible agravamiento de la escasez de insumos.

"Estos acontecimientos empeoran notablemente la situación del BCE, que se enfrentará a una mayor inflación y a unas perspectivas de crecimiento más lentas para la eurozona. Además, es probable que la volatilidad del mercado se mantenga elevada". En consecuencia, creen que se retrase la primera subida de los tipos de interés hasta el primer trimestre de 2023.

Es probable que el repunte de la inflación continúe también en marzo, porque los precios del petróleo y el gas siguen subiendo. En este contexto, "el BCE se encuentra en un dilema", apuntan en DWS. Como explican, por un lado, los actuales niveles de inflación exigen una salida más rápida del programa de compra de bonos, pero por otro lado, los riesgos económicos derivados de la guerra en Ucrania aún no pueden evaluarse por completo".

De momento, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, se ha pronunciado al respecto, reconociendo que la invasión de Ucrania traerá más inflación y menos crecimiento. Pone en el punto de mira como el aspecto más problemático a futuro los mercados energéticos, donde los precios que ya estaban tensionados antes. "El conflicto, a través del canal macro y de la confianza, tendrá un impacto de mayor inflación y menor crecimiento", ha dicho.

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