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Bandera de la Unión Europea.THINKSTOCK

Los vientos en contra crecen y eso ha llevado a Morgan Stanley a revisar a la baja sus previsiones económicas para la eurozona. Así, ahora espera "una recesión ligeramente más profunda a partir del cuarto trimestre" de este año y una recuperación más lenta de la actividad en el segundo semestre de 2023.

Esto es así debido al aumento de las tensiones en los mercados energéticos y a los indicadores marco, que apuntan a una contracción de la actividad económica. En este sentido, el banco destaca que los PMI de agosto en Europa, publicados este martes, se han situado en territorio de contracción (por debajo de 50) por segundo mes consecutivo, "lo que apunta a una mayor probabilidad de recesión".

El modelo de valoración de Morgan Stanley sugiere que las posibilidades de crecimiento económico negativo en el cuarto trimestre son las más altas desde la primera oleada de Covid y se encuentran en niveles en torno a las observados durante la crisis de deuda soberana en 2011-2012. "Según todas las métricas, el crecimiento del pesimismo va en aumento", avisa.

IMPACTO DEL GAS SOBRE EL CRECIMIENTO

Morgan Stanley reconoce que la crisis energética reduce aún más el crecimiento. Los precios del gas han marcado esta semana nuevos máximos históricos ante el inminente nuevo parón (por tres días) del gasoducto Nord Stream 1 y por problemas tras interrumpirse el suministro de un sistema de oleoductos clave que transporta petróleo desde Kazajistán a través de Rusia hasta Europa.

Los estrategas de materias primas del banco estadounidense esperan ahora precios más altos del gas durante más tiempo, por lo que han revisado al alza sus previsiones.

"Sobre la base de las proyecciones actualizadas, el precio de gas TTF se mantiene en los niveles actuales hasta finales de año y sólo cae gradualmente a partir de ahí. Nuestra opinión es que la perspectiva de que los precios de la energía sigan siendo elevados en el futuro tiene un impacto más allá de la debilidad del crecimiento de la economía de eurozona este invierno, dando lugar también a un perfil de crecimiento más débil a lo largo de 2023", explican.

Este incremento de los precios del gas, junto con los precios de la electricidad al por mayor, supone una mayor presión sobre la renta disponible de los hogares y la inversión de las empresas.

"En nuestra opinión, las malas noticias en el ámbito de la energía superan claramente a los acontecimientos positivos en otros ámbitos, sobre todo relacionados con las cadenas de suministro mundiales gracias a la relajación de las políticas anti Covid en Asia. En consecuencia, revisamos a la baja nuestra previsión de crecimiento de la eurozona", remarcan desde el banco estadounidense.

Con todo, ahora esperan una recesión ligeramente más profunda este invierno, seguida de una recuperación menos profunda el año que viene ya que la presión de los altos precios de la energía seguirá arrastrando la actividad. "Observamos incertidumbre en torno al crecimiento en el invierno de 2022/23, ya que los problemas de la energía podrían persistir. Sin embargo, no todo es tan sombrío, y seguimos pensando que una recuperación seguirá a la débil racha invernal a principios del próximo verano, impulsada por un repunte de la inversión privada y pública", concluyen.

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