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El marco temporal de dos años que se ha dado el Banco Central Europeo (BCE) para desarrollar su modelo de euro digital se encara por los participantes en estos trabajos de investigación como un período para “prepararse” ante diversos escenarios que tienen el potencial de desplazar el euro como medio de pago o poner en jaque la soberanía europea. Así lo explica José Manuel Marqués, Jefe de la División de Innovación Financiera del Banco de España, quien subraya que el eventual euro digital “no es imprescindible”, sino que se trata de tenerlo todo a punto por si hay que emitirlo.

Nadie en el eurosistema se atreve a dar un paso en falso ante la creación de la futura CBDC (del inglés Central Bank Digital Currency) y los responsables de la política monetaria se mueven con extrema cautela. De hecho, el mismo banco central ha dejado claro que la etapa que se prolongará hasta 2023 no es ninguna garantía de que se acabe acuñando la versión digital de la moneda única, ya que dependerá de una nueva decisión del Consejo de Gobierno. Pero ciertamente, en un momento en que aproximadamente el 80% de los reguladores monetarios del mundo se halla explorando este nuevo medio de pago, la responsabilidad del BCE pasa por tener identificados todos los escenarios que en unos años puedan justificar dicha emisión.

Entre estos, Marqués ha destacado, durante la conferencia organizada por Gaesco Gestión, “la disminución del efectivo, el apoyo a la digitalización y a la soberanía europea, o las ‘criptos” privadas”, como estos motores de la creación del euro online. “Si disminuye el efectivo, desde los organismos públicos se quiere dar alternativa a medios de pago privados”, ha explicado el miembro del BdE. Asimismo, se trata de tener una contrapartida “a soluciones privadas como la propuesta de Facebook (Diem) o a otras CBDC internacionales que puedan acabar por amenazar a la moneda única”.

Asimismo, se considera que es una herramienta de política monetaria, una solución de respaldo a la misma, un impulso al papel internacional del euro y como medio para mejorar el coste y la huella ecológica de los medios de pago, ha explicado el Jefe de la División de Innovación Financiera del BdE.

Ha abundado el experto en las características de esta versión digital del euro y ha subrayado que debe ser convertible a la par, libre de riesgo y bajo control del eurosistema, accesible a través de entidades supervisadas, compatible con el sector privado y de confianza. Por último, ha detallado que el proceso se lleva a cabo basándose en el diálogo internacional, tanto con la Comisión Europea, como con otros bancos centrales y con un grupo informal dentro del Banco Internacional de Pagos.

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