• Los mayores damnificados: las empresas exportadoras si la eventual república catalana queda fuera de la UE
  • El 70% de la inversión extranjera llega de 'los veintiocho'
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Artur Mas y Carles Puigdemont.GENERALITAT DE CATALUNYA

Aunque toda la logística que rodea el referéndum de Cataluña que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha anunciado que convocará el 1 de octubre, todavía es un misterio, varias firmas y bancos de inversión ya se han puesto manos a la obra para elaborar informes sobre sus previsiones ante una eventual independencia no acordada de la región. Si hace pocos días era Citi quien trataba de dar respuesta a la preocupación entre los inversores ante la inestabilidad que podría surgir de la votación, ahora el banco holandés ING alerta de que el ‘Catalexit’ tendrá peores consecuencias que el Brexit.

Para la entidad, la ruptura de Cataluña con el Estado derivaría en un “prolongado período de inestabilidad” cuyos efectos serían “proporcionalmente peores” que los del divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea (UE). Si hay independencia, los expertos de ING subrayan que será “el sector privado quien pagará fundamentalmente las consecuencias”. En el informe “Cataluña, el coste de estar soltero”, el economista Geoffrey Minne, señala que el efecto más inmediato será una caída en el consumo doméstico. Recuerda el experto que, según datos de Metroscopia, un 62% de catalanes está preocupado por el futuro de la región y argumenta que si “esta preocupación se convierte en pánico, la situación se puede complicar con controles de capital”.

La incertidumbre entre los consumidores se verá seguida de dudas entre los inversores ya que “cualquier percepción de riesgo político puede afectar las entradas de fondos extranjeros, añade el economista de ING, que da por hechas las turbulencias políticas después de la declaración de independencia y la consiguiente salida de la UE.

El abandono de la Europa de ‘los veintiocho’ hace muy difícil la permanencia de la región en el mercado europeo, prosigue el analista de la entidad holandesa, lo que provocará que “la inversión se puede acabar redirigiendo fuera de la región”, explica Minne. El 70% de las inversiones internacionales en la comunidad autónoma llegan de ‘los veintiocho’, inyecciones de capital que considera que se ralentizarían o frenarían indefinidamente ante un status de exclusión del mercado europeo.

43.000 millones de euros en exportaciones de Cataluña a la UE, en jaque por la independencia

PÁNICO ENTRE LOS EXPORTADORES

Las empresas exportadoras a la UE sufrirán dramáticamente la pérdida de afiliación europea de la región. Más si se tiene en cuenta que la potencia exportadora de Cataluña -que se ha incrementado un 8% en los últimos dos años- se concentra en la UE, cuyos estados miembros reciben un 65% de las ventas exteriores totales de la región. Son cerca de 43.000 millones de euros, comparados con los poco más de 22.000 millones que la comunidad autónoma exporta al resto del mundo.

Por poner sólo un ejemplo, en 2016, las ventas catalanas sólo a Portugal superaron a la suma de las exportaciones a EEUU, China y Japón. El país luso es el cuarto socio comercial de Cataluña, por debajo de Alemania, Francia e Italia y por encima de Reino Unido. A estas cifras hay que sumar el consumo interno de productos catalanes en el mercado estatal, donde la región vende un 45% de su producción. El abandono del mercado comunitario, matiza el economista de la entidad con sede en Amsterdam, “supondría la imposición de aranceles y el incremento de los costes administrativos de las compañías”.

La conclusión del economista de ING es que “construir una república catalana puede llegar a ser un proyecto muy caro, ya que el status del nuevo país queda en manos de la buena voluntad de los gobiernos europeos (incluido el español)”. Minne, que no es nada optimista con el desenlace, señala que “el coste económico para Cataluña puede exceder proporcionalmente el que Reino Unido deberá asumir por la ruptura con el bloque comunitario a largo plazo”.

ABANDONAR LA UE NO ES TAN FÁCIL

A muchas de estas cuestiones responden desde la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Eric Blanes, secretario nacional de la entidad soberanista, asegura que si algo deja patente el proceso de salida del país británico del bloque europeo es que es “realmente difícil quedar fuera de la UE”, lo que alimenta su argumentario de que una Cataluña independiente volvería a la unión a pesar de quedar “transitoriamente excluida”. De hecho, equipara el caso catalán con el de unificación Alemana, pero a la inversa, un acontecimiento “que se produce de la noche a la mañana y después se van estableciendo acuerdos y concretando todos los aspectos”.

Explica Blanes que si se deriva en una inestabilidad política y económica en el seno de la UE y la Eurozona, juega en contra de los intereses de los estados miembros, de España y, por supuesto de Cataluña. Por este motivo se muestra seguro de que “se reconocerá la nueva realidad y se presionará a Rajoy para que se avenga a negociar porque será favorable para todas las partes implicadas”.

En este sentido, el bloque separatista confía plenamente que, con la victoria del ‘sí’ en la mano, serán los países vecinos y las instituciones comunitarias quienes forzarán a Rajoy a sentarse a la mesa de negociaciones. Blanes hace suyas las palabras del representante permanente de Cataluña en la UE, Amadeu Altafaj, quien, en un artículo de 'El Punt Avui', considera que la solución vendrá “de fuera” y “forzada por las instituciones europeas”.

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