• Que la Fed o el BCE compren bitcoins cambiará completamente las reglas del juego y acelerará el reemplazo del oro por las criptodivisas como valor refugio, según Tom Lee de Fundstrat Global Advisors
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El auge que el bitcoin y el mercado de las criptodivisas ha experimentado este 2017 obedece a un cóctel de factores, entre los que destacan los cambios regulatorios o la evolución técnica del blockchain (la cadena de bloques, el gran libro contable de las transacciones con bitcoins). Entre toda esta amalgama de motivos, muchas voces se han esforzado en destacar el papel de activo refugio que ha jugado la divisa digital durante el primer semestre del año, respondiendo a la prima de riesgo político de Europa o EEUU. Tanto en así, que el llamado ‘oro 2.0’ ha llegado a doblar el máximo histórico del metal precioso del que obtiene su apodo y ha iniciado un proceso de “canibalización”, junto con el ethereum, de las inversiones en este activo.

El proceso de sustitución se acelerará, según Tom Lee, jefe de investigaciones de Fundstrat Global Advisors, cuando los bancos centrales den el espaldarazo definitivo a las criptodivisas y se lancen a comprarlas. En una nota para clientes, este analista asegura que las máximas autoridades monetarias “ya han valorado esta posibilidad”, un giro de los acontecimientos que puede “cambiar las reglas del juego, que dotará de mayor legitimidad a las criptodivisas y acelerará el proceso de reemplazo entre los inversores del oro por las criptodivisas”. Este acontecimiento se producirá, según Lee, cuando la capitalización del bitcoin alcance los 500.000 millones de dólares. Actualmente, el valor de mercado de todos los bitcoins en circulación es de 42.000 millones de dólares -el total de las criptodivisas oscila alrededor de los 100.000 millones de dólares-.

Cuando la capitalización de mercado de al criptodivisa alcance los 500.000 millones de dólares, los supervisores monetarios levantarán la veda

El precio del bitcoin a llegado a triplicar su valor este año, hasta el récord histórico que alcanzó el 11 de junio, por encima de los 3.000 dólares. Desde entonces, ha llegado a corregir un 27% y ha acabado el primer semestre del año por debajo de los 2.500 dólares, precio alrededor del cual cotiza actualmente. El ether -la unidad de la red ethereum-, por su parte, se ha catapultado un 3.000% en los primeros seis meses del año, hasta un récord casi en los 420 dólares, para después corregir casi un 50% de su valor, hasta los 240 dólares que se cambia este 10 de julio.

PREFERENCIA POR LAS CRIPTODIVISAS

Para el responsable de investigaciones de Fundstrat Global Advisors, el auge se debe en gran parte porque la preferencia de los inversores por las criptodivisas por encima del oro ya empieza a apreciarse. Además, se da el factor de que el minado de bitcoins -el proceso computacional mediante en que se descubren las divisas virtuales- ha reducido su producción este año, ya que el ratio de nuevos bitcoins ha caído hasta el 4,4%, comparado con el 9,3% de 2016. Mientras tanto, Lee destaca que la oferta de oro se ha incrementado “pronuciadamente” desde 2009, y ahora mismo está en el récord de 3.100 toneladas métricas.

Con la reducción del minado, todos los bitcoins existentes no se hallarán hasta 2045, teóricamente, lo que convierte la criptodivisa en una bien cada vez más escaso, por lo que los inversores “necesitan estrategias para aprovechar todo el potencial de las criptodisas”, avisa el analista.

Lee considera que el precio del bitcoin alcanzará los 20.000 dólares en 2022, pero con la entrada en el juego de los bancos centrales, podría revalorizarse hasta los 55.000 dólares, en el mismo período. Esto contrasta con el precio del oro “que es relativamente estático” frente al aumento de la reina de las criptodivisas, argumenta el experto.

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