• No obstante, según un estudio de Aegon, solo el 27% asegura ahorrar de forma habitual, frente al 38% de la media internacional
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Sólo el 27% de los españoles asegura ahorrar de forma habitual para su jubilación, según apunta el Estudio de Preparación para la Jubilación de Aegon. Un dato que contrasta con el 38% de la media mundial que piensa en su futuro con sus ahorros.

Así, aunque los españoles son cada vez más conscientes de la necesidad de ahorrar y planificar su futuro financiero es necesario que den el salto definitivo e interioricen el ahorro como un hábito. Con tal fin, Aegon España ha elaborado un decálogo con consejos prácticos para mejorar nuestra planificación y asegurarnos un futuro cómodo y una jubilación sin sobresaltos económicos.

1. Metas financieras. Debemos planificar nuestro futuro financiero y fijar unos objetivos conforme a nuestros ingresos. Es importante tener en cuenta que estas metas deben ser ambiciosas pero a la vez realistas y, que debemos ir actualizándolas añadiendo los correctivos y mejoras necesarias según van pasando los años.

2. Empezar desde ya. El ahorro es una carrera de fondo. Para llegar a la meta bien preparados necesitamos dedicar esfuerzo y comenzar a ahorrar cuanto antes para que el horizonte temporal sea lo más largo posible.

3. La regla del 50/20/30. Esta planificación debe buscar el equilibrio entre la comodidad, para ser sostenible en el tiempo, y la autoexigencia, para obtener una mejor solución. Una regla muy extendida para calcular si estamos ahorrando lo suficiente es la del 50/20/30: el 50% de nuestros ingresos estaría destinado a los gastos básicos, el 30% para los gastos personales y el 20% restante para el ahorro.

4. Ahorro sistemático. No debemos ahorrar de lo que nos sobre sino que debemos tratar el ahorro como si fuera un gasto fijo de cada mes. Este es el método que los americanos conocen como “Pay Yourself First”; es decir, el ahorro se interpreta como si fuera una factura más y se retira automáticamente una cantidad de dinero nada más cobrar la nómina.

En este sentido, existen muchos activos financieros como el plan de pensiones o el seguro de ahorro que contribuyen a que este ahorro sea sistemático y prolongado en el tiempo.

5. Ingresos extra. La paga extra o un bono de empresa son una oportunidad idónea para fortalecer nuevo nivel de ahorro. Como su propio nombre indica, se trata de una partida “extra” por lo que, en la medida de lo posible, debemos evitar gastarlo todo en las vacaciones o en los regalos de Navidad.

6. Al menos un 10% para la jubilación. Independientemente del sueldo, ya que el ahorro no depende directamente del nivel de ingresos, existe una recomendación muy extendida de reservar el 10% de nuestra nómina directamente para nuestra jubilación.

7. Controla los gastos. En la medida en la que es importante que nos fijemos en nuestros ingresos, lo mismo es que prestemos atención a nuestros gastos. Debemos, entre otras cosas, evitar las compras por impulso y tratar de reducir los gastos fijos comparando precios y ofertas de los servicios más habituales que consumimos. A la hora de evitar gastos superfluos, un truco muy eficaz es pensar cuánto nos costaría ese artículo/servicio en términos de las horas de trabajo que necesitaríamos para poder pagarlo.

8. Invierte sabiamente. Una gestión activa y crítica de nuestro patrimonio, valorando y comparando los distintos activos financieros del mercado, sus riesgos y rentabilidades, es la mejor manera de aumentar el valor de nuestros ahorros y mantenerlos a salvo de la inflación. Si estamos bien asesorados, podemos conseguir una rentabilidad más alta de nuestros ahorros a medio y largo plazo.

9. Siempre en efectivo. Múltiples estudios muestran que pagar en efectivo evita muchas compras sin sentido por lo que se conoce como el “apego emocional” del dinero en efectivo. Con las tarjetas de crédito, en cambio, al ser todo inmaterial se incentiva el gasto compulsivo y el consumismo.

10. Diversificar nuestras fuentes de ingresos. “No meter todos los huevos en la misma cesta” es un principio básico en las finanzas. Aunque sea difícil, debemos procurar que, más allá de la nómina, deberíamos tener una fuente de ingresos extra ya sea mediante las rentas de nuestras inversiones, mobiliarias e inmobiliarias, un trabajo como freelance, etc.

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