• Los expertos abogan por recuperar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento con sanciones
  • El área no tiene un marco jurídico para salir del euro
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Grecia tiene un PIB de 179.000 millones de euros, el 1,77% del PIB total de la zona euro, ha traído de cabeza a toda Europa. La crisis griega preocupa al mercado y a los economistas por la incertidumbre que genera y el posible impacto que tendría la falta de solución para el resto de la zona euro.

El Ejecutivo de Alexis Tsipras tiene hasta el domingo para convencer a los acreedores con sus propuestas y obtener así un nuevo programa de rescate. Si no, la situación podría desbocarse. Más aún. Por segunda semana, los bancos y la Bolsa de Atenas permanecen cerrados. En pleno corralito, los griegos votaron 'no' a los requisitos de Bruselas para conseguir un rescate.

Tsipras y su equipo, renovado con la llegada de Euclid Tsakalotos al Ministerio de Finanzas, tienen que negociar a contrarreloj. El Banco Central Europeo (BCE) mantiene pero no amplía el programa de liquidez a los bancos helenos y así mantenerlos con respiración, aunque por ahora sin abrir con normalidad.

En caso de que no haya acuerdo, Grecia sufrirá pero también habrá consecuencias graves geopolíticas y económicas para Europa, recordaba este martes Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. La economía griega representa un 1,77% y su población supone, con 11 millones, supone el 3,26%. Y, sin embargo, ha contagiado de incertidumbre a todo el continente, las bolsas llevan tres meses y medio de caídas y desde Estados Unidos se mira con preocupación al otro lado del Atlántico por si Grecia pudiera ocasionar un “accidente” en la economía europea y en la global.

La entrada de Grecia en la Unión Europea se aceleró en su momento debido al enclave geográfico en el que está situado este país

“Europa debe sacar lecciones de esta crisis. Pero habrá una explosión de culpas que pueda resultar en una actividad improductiva que retrase este proceso”, señalaba esta semana Mohamed A. El-Erian, responsable de asesoría económica de Allianz, en un artículo en Bloomberg en el que repasaba las 10 consecuencias de la victoria del 'NO' en el referéndum griego.

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Estas son las algunas de las lecciones más importantes que debe aprender Europa:

1. Restricciones para futuros socios

Si se quieren evitar problemas futuros, ya sea en un club de fútbol, en una asociación de vecinos o en un área monetaria, es importante estudiar al posible socio. En su momento, Alemania era reticente con la entrada de Grecia en el euro, sin embargo, el ex presidente francés, Valéry Giscard d'Estaing, abogó por la incorporación de la economía helena al club ya que “no se podía cerrar la puerta al país de Platón”.

Con Grecia se puede aprender que hay que tener cuidado con a quién y cuándo se abre la puerta. “Hablando en el caso concreto de una unión monetaria, se deberían endurecer los requisitos de entrada”, opina Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank. “La entrada de Grecia en la Unión Europea se aceleró en su momento debido al enclave geográfico en el que está situado este país. También este podría haber sido un motivo para darle entrada en la moneda común”, recuerda.

“En principio se optó por aplicar medidas monetarias de convergencia (tipos de interés, deuda pública, déficit e inflación) cuando se tenía que haber hecho más énfasis en la convergencia económica y especialmente crear un mecanismo claro y disuasorio de medidas fiscales de rompieran la convergencia fiscal. Además, se debería partir de una convergencia financiera y fiscal creíble con un objetivo claro de convergencia política”, argumenta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

¿Cómo analizar mejor a quién se deja entrar en el euro? “Una manera de hacerlo podría ser alargando el periodo en el que se analiza para decidir si un país pasa o no a formar parte del euro, y de esa forma asegurarse de que dicho país cumple las condiciones económicas contempladas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento”, argumenta López-Gálvez.

2. Controlar las cuentas de los países... Recuperar el PEC

Cuando se creó el euro se pensó en evitar situaciones como la de Grecia. Es decir, prevenir que las cuentas públicas de los países se descontrolen y se lleguen a los niveles como la deuda griega, que alcanzó el 177% del PIB en 2014. El Programa de Estabilidad y Crecimiento (PEC) establecía sanciones severas para los países que no cumplan los requisitos presupuestarios. El Tratado de Maastrich fijaba el límite del déficit público en el 3% y los niveles de deuda pública en el 60%.

Las sanciones se elevaban hasta el 0,2% del PIB. Y si se incumplían repetidamente, la 'multa' se elevaba hasta el 0,5% del PIB, además de que el país podía perder su derecho sobre los pagos de los fondos estructurales y de inversión europea.

3. No cambiar las reglas de juego según el momento

Sin embargo, fueron las dos grandes potencias del euro las que dinamitaron este reglamento. Las economías de Francia y Alemania sufrieron en 2003 y sus Gobiernos se lanzaron hacia políticas fiscales expansivas. El presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Shcröder, presionaron para que el Consejo Europeo no aceptara la recomendación de la Comisión Europea para exigir un recorte del déficit. “Algunos erróneamente ven que el espíritu del pacto es asegurar sólo la estabilidad, pero es también un pacto para el crecimiento”. Esta frase, que bien podría firmar en la actualidad Alexis Tsipras, la pronunció en 2003 el canciller alemán.

En 2005 finalmente se reformó el pacto para hacerlo más flexible, según dijo entonces Europa. Y ya de paso, se hizo asumible para Francia y Alemania, que nunca pagaron ninguna sanción a pesar de incumplirlo repetidamente desde 2002.

El PEC se ha mostrado inicialmente como demasiado laxo. Debe ser disciplinada su aplicación y con sanciones. Pero esto es complicado sin mayor convergencia fiscal

En 2013 se volvió a modificar el PEC para introducir medidas cualitativas. Ya no sólo se base en números, sino también en proyecciones, descripción y análisis de políticas o en evaluación de las mismas. Los objetivos pasan a ser plurianuales. “El PEC se ha mostrado inicialmente como demasiado laxo. La reforma aplicada en 2013 no ha sido capaz, en mi opinión, de eliminar esta flexibilidad excesiva. Debe ser disciplinada su aplicación y con sanciones. Pero esto es complicado sin mayor convergencia fiscal”, opina José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

4. Sanciones

Para que los tres primeros puntos tengan sentido hay que establecer uno adicional. Como cualquier persona cuando comete una infracción, los estados deben estar sometidos a posibles sanciones cuando incumplan las restricciones que previamente han aceptado todos los gobiernos nacionales de la zona euro. El PEC, por ejemplo, fue consensuado y tuvo el visto bueno de todas las naciones que integran el euro.

De hecho, entre 2000 y 2010 (después, con la crisis, lo han incumplido casi todos los estados), ha habido 137 incumplimientos de los límites de deuda y déficit. En los primeros puestos están Alemania y Francia, con 14 veces cada uno. Sólo un país les supera, Grecia, que rebasó los límites todos los años. Si se hubiera sancionado a Grecia desde el principio, evidentemente no se hubiera llegado a esta situación pero, ¿cómo sancionar al país heleno si no se sanciona por lo mismo a otros?
Las sanciones supuestamente ya existen en la UE. Los organismos europeos deberían ser menos intransigentes con las conductas de determinados países”, expresa el analista de Self Bank.

Las sanciones supuestamente ya existen en la UE. Los organismos europeos deberían ser menos intransigentes con las conductas de determinados paíse

La zona euro tiene un análisis preventivo de los desajustes y excesos de las diferentes economías de la eurozona. Pero, siendo válido, no lo es tanto su aplicación en términos de obligar a los países a que combatan estos ajustes. Lo dicho: falta más convergencia fiscal y política”, indica Martínez Campuzano.

5. Evitar engaños

Nuevamente, todo lo anterior no sirve de nada si un país miembro del área monetaria engaña con sus cuentas públicas y nadie lo descubre. Nuevamente, Grecia aparece en el ojo del huracán. En 2004, Eurostat confirmó lo que se temía: Grecia falseó sus cuentas desde el año 2000. La oficina europea de estadísticas reclamó más medios para poder auditar a los estados con el fin de que esto no se volviera a repetir. Una lección que dejó Grecia ya en 2004. Fue en 2010 cuando se estableció que Eurostat pueda auditar a los estados mediante visitas de sus funcionarios que deberán tener acceso a todos los datos, tanto a escala estatal, como regional y municipal. Además, se creó Eurofisc, una red de funcionarios nacionales cuya meta es perseguir posibles casos de fraude fiscal transfronterizo, especialmente en materia de cooperación entre países por el IVA.

El origen de la actual crisis griega está en el falseamiento de sus cuentas públicas. Se deberían establecer medidas penales a los políticos y funcionarios que contribuyan a realizar este tipo de actividades”, señala López-Gálvez.

Se deberían establecer medidas penales a los políticos y funcionarios que contribuyan a falsear cuentas públicas

6. Marco legal para la salida del euro

Aun no está claro qué va a pasar con Grecia, pero la salida del euro o Grexit es uno de los escenarios contemplados. Sin embargo, no es fácil desde el punto de vista jurídico. Desde la zona euro, no hay un procedimiento legal claro para esta situación. No obstante, desde Bruselas se está trabajando con el artículo 352 del tratado de la Unión Europea, según Bloomberg, que dice: “Cuando se considere necesaria una acción de la Unión en el ámbito de las políticas definidas en los Tratados para alcanzar uno de los objetivos fijados por éstos, sin que se hayan previsto en ellos los poderes de actuación necesarios a tal efecto, el Consejo adoptará las disposiciones adecuadas por unanimidad, a propuesta de la Comisión y previa aprobación del Parlamento Europeo”.

Para reducir la incertidumbre y la volatilidad del mercado en futuras ocasiones, se podría establecer un marco legal que permita la salida de un país de la Unión Monetaria en casos excepcionales”, opina en analista de Self Bank. “Una hoja de ruta detallando cómo serían el proceso de transición hacia una moneda local, el traspaso de poderes a los bancos centrales nacionales y los requisitos para poder volver a ser readmitido en la zona euro”, añade.

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