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La presidente del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha señalado que, de cara a 2021, se seguirán necesitando medidas extraordinarias para encarar la crisis del coronavirus y sus consecuencias económicas. En concreto, Lagarde ha insistido en su llamamiento a un mayor estímulo fiscal y monetario y ha instado a la Unión Europea (UE) a que “envíe a los países los pagos prometidos en el Fondo de Recupeación” tan pronto como sea posible.

En este sentido, durante el evento ‘Reuters Next’ ha elogiado la respuesta de Bruselas a la pandemia y ha subrayado que la UE ha demostrado que es capaz de aunar fuerzas y caminar hacia un mismo objetivo en lo que ha llamado la Unión Europea de la nueva generación. Acerca del trabajo del banco central en la crisis, ha explicado que mantiene el rumbo y objetivos del Programa de Emergencia para la Pandemia (PEPP por sus siglas en inglés), de 1,85 billones, para que cumpla con su objetivo de asegurar las “condiciones de financiación en la eurozona”.

A tales efectos, ha recordado la naturaleza “flexible” del programa en tiempo, compras y jurisdicciones, por lo que “no hay límites para su aplicación”. “Si se necesita más volumen de compras en el PEPP, lo ampliaremos, y de la misma manera lo ajustaremos si no lo gastamos todo” en el plazo de tiempo previsto, ha sentenciado.

Acerca del crecimiento en la eurozona, ha señalado la presidenta del BCE que las proyecciones macro del banco central publicadas en diciembre, que contemplan una caída del PIB en 2020 del 7,3% y un crecimiento del 3,9% en 2021, "siguen siendo plausibles" porque "anticipamos que habría nuevos confinamientos y restricciones en la para contener el virus". "La pregunta es si se necesitarán estas medidas a finales de marzo y cómo será la campaña de vacunación, dados los problemas logísticos", ha señalado la jefa del instituto emisor. A tales efectos, ha reconocido que se verán afectadas de manera "crítica" por cómo se desarrolle el proceso de vacunación.

Preguntada por el otro aspecto que preocupa a los economistas por su impacto en los precios y, por ende, en la inflación, la apreciación del euro ante el dólar, ha mantenido que el banco central vigilará el tipo de cambio. "No tenemos un objetivo en ningún precio en concreto", ha asegurado.

En una nota más personal, Lagarde ha asegurado que la lección que ha aprendido durante la gestión de la pandemia, en el que era su primer año al frente del banco central, ha sido: "Muévete rápido y a lo grande".

REVISIÓN ESTRETÉGICA

Asimismo, en referencia a la evaluación estratégica que está llevando a cabo la institución, incluyendo la revisión de su definición de estabilidad de precios, la francesa ha expresado el deseo de la entidad de alcanzar un grado de claridad y predecibilidad en el objetivo de inflación, aunque ha advertido de que, a pesar de los bajos niveles de precios registrados en la zona euro en los últimos años, "no se debe descartar la inflación".

En este sentido, la presidenta del BCE ha hecho hincapié en la importancia de reflejar mejor el impacto del coste de la vivienda a la hora de medir la inflación. "Creo que no será un cambio del día a la noche, pero reflejar los costes de la vivienda de manera más completa ira en el sentido de medir mejor los precios y ayudar mejor a los europeos sobre las expectativas de inflación", ha apuntado.

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