La inflación de la eurozona se desaceleró en marzo al situarse en el 1,4%, igual que en el mismo mes de hace un año. En cuanto al Índice de Precios al Consumo (IPC) mensual, se subió hasta el 1%, frente al 0,3% de febrero, según los datos publicados este miércoles por Eurostat.
Se confirma así las estimaciones iniciales, lo que proporciona una situación incómoda para el Banco Central Europeo (BCE), que apunta a una inflación inferior pero cercana al 2%. La semana pasada, planteó la posibilidad de un mayor apoyo para la zona euro frente a una desaceleración económica.
Esto puede aumentar la presión sobre el BCE mientras lucha contra una desaceleración económica que amenaza con deshacer años de estímulos, mientras que algunos piensan que las proyecciones económicas del banco son demasiado optimistas, explica Reuters.
La inflación se vio frenada por una desaceleración en el aumento de los precios de los alimentos, el alcohol y el tabaco, que aumentaron un 1,8% en marzo después de un aumento del 2,3% en febrero. La inflación en el sector de servicios, la más grande en la economía de la zona euro, también se desaceleró al 1,1% desde el 1,4% en febrero. Los precios de la energía fueron el único componente importante del índice que se aceleró en marzo, con un aumento interanual del 5,3% desde el 3,6% en febrero.
Por su parte, la inflación subyacente, la que excluye el precio de los alimentos y la energía, cayó al 1% en marzo desde el 1,2% en febrero. Esta fue la lectura más débil desde abril de 2018.
