La inflación de Reino Unido se situó en marzo en el 0,2%, por debajo de las estimaciones, que esperaban que se situara en el 0,3%. En tasa interanual, el Índice de Precios al Consumo (IPC), subió un 1,9%, lo mismo que el mes anterior, según los datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadística británica (ONS).
La inflación se mantuvo estable, ya que los precios de los combustibles aumentaron entre febrero y marzo de este año, pero se vieron compensados por las caídas en los precios de los alimentos. El IPC sin cambios en el 1,9% refleja un balance entre los mayores costes de la gasolina a medida que los precios del petróleo repuntan y los precios más altos de ropa y calzado aumentan. Los precios de los restaurantes y hoteles subieron, mientras que hubo una fuerte reducción en la contribución al alza de los alimentos y el alcohol en comparación con el año anterior.
El reciente debilitamiento de la inflación, combinado con la tasa de desempleo más baja en 44 años y el aumento de los salarios, ha aliviado la incertidumbre sobre el Brexit. Esto también está ayudando al Banco de Inglaterra a frenar las nuevas alzas en los tipos de interés mientras espera el resultado de la prórroga del Brexit, explica Reuters.
Los datos muestran que la inflación británica se mantuvo inesperadamente justo por debajo del objetivo del 2% del Banco de Inglaterra, ofreciendo cierto alivio a los consumidores cuyo gasto ha ayudado a la economía británica en medio de la crisis del Brexit.
