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El Índice de Precios al Consumo (IPC) de EEUU ha vuelto a caer por segundo mes consecutivo este año. En septiembre, la inflación se desaceleró hasta el 2,3% en tasa interanual, frente al 2,7% en el que se situó en agosto, y por debajo de las expectativas de los analistas, que esperaban que se situara en el 2,4%.

Según los datos publicados este jueves, en comparación con el mes anterior, el IPC se mantiene en el 0,1%, por debajo también de las estimaciones, que apuntaban al 0,2%.

El mayor coste de la vivienda ha influido en estas cifras, ya que cerca de la mitad del aumento en el IPC el mes pasado estuvo relacionado con las rentas de alquiler más altas y el coste de la propiedad de la vivienda. Además de la energía, que aumentó un 4,8% en el último año, un aumento notablemente menor que el 10,2% de agosto.

El precio de la ropa aumentó por primera vez en cuatro meses, mientras que los seguro médicos subieron por primera vez en tres meses. Los precios de los billetes de avión y seguro de auto también subieron. Por su parte, el precio de los alimentos se mantuvo sin cambios, mientras que el coste de los vehículos usados ​​cayó fuertemente.

En cuanto a los salarios por hora, subieron un 0,3% en septiembre. El fuerte crecimiento y un mercado laboral ajustado han producido una mayor inflación, lo que obligó a la Reserva Federal a elevar las tasas de interés.

Por otro lado, la inflación subyacente, es decir, la que excluye los precios de la energía y alimentos por su volatilidad, se mantiene en el 0,1% en tasa intermensual, y en el 2,2% en términos interanuales.

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