La inflación de Reino Unido se ha disparado por encima del 10% en el mes de julio (10,1%, máximos desde 1982), superando las estimaciones del consenso del 9,8% y subiendo desde el 9,4% de junio. El incremento mensual fue del 0,6%, frente al 0,8% de junio y por encima de la previsión del 0,4%.
El aumento de los precios de los alimentos fue lo que más contribuyó a la subida de la tasa de inflación anual entre junio y julio, según ha explicado la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) en su informe.
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"La superación del nivel psicológico del 10% reanima a los 'halcones' del Banco de Inglaterra, pero no es seguro que el rebote de la libra esterlina después de los datos pueda durar, ya que la subida de los tipos ejerce una presión negativa considerable sobre la economía británica y los temores de una profunda recesión mantienen a la libra bajo presión frente al dólar", comenta Ipek Ozkardeskaya, analista senior de Swissquote Bank.
"La inflación sigue aumentando y, con ella, el reto para las pymes del Reino Unido. La narrativa está dominada, con razón, por el impacto en los hogares, pero la difícil situación de las empresas también exige atención. No sólo están viendo cómo se reducen aún más sus gastos generales, sino que también se enfrentan a la perspectiva de una contracción de la demanda. Es una tormenta perfecta", comenta Chiraq Shah, CEO y fundador de Nucleus Commmercial Finance.
"El sucesor de Boris Johnson debe ofrecer políticas claras, decisivas y de impacto desde el principio de su mandato", añade Shah.
Los expertos de Link Securities apuestan por una subida de tipos de 50 puntos básicos por parte del Banco de Inglaterra (BoE) cuando se reúna a mediados de septiembre su Comité de Política Monetaria. "Una subida de tipos del 0,5% en septiembre ya está totalmente descontada por los mercados", añade al respecto Mike Owens, trader de Saxo Markets.
El Banco de Inglaterra ha llevado a cabo seis subidas consecutivas de los tipos de interés en su intento de frenar la inflación, y a principios de este mes puso en marcha su mayor subida desde 1995, al tiempo que proyectaba que Reino Unido entraría en su recesión más larga desde la crisis financiera mundial en el cuarto trimestre del año.
