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Europa Press

Por primera vez en 17 meses, los precios se relajan en la zona euro. En noviembre, la inflación se quedó en el 10,1%, alejándose así del récord alcanzado el mes anterior (10,6%). No obstante, la corrección es una décima menos intensa de lo anticipado por Eurostat, la oficina de estadística comunitaria.

Por su parte, la tasa de inflación subyacente, aquella que excluye del cálculo el impacto de la energía, los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, se mantuvo en el máximo histórico del 5%. Dejando fuera únicamente el efecto de la energía, la inflación se colocó en noviembre en el 7%.

La mayor contribución a la tasa de inflación interanual de la zona del euro correspondió a la energía, por delante de los alimentos, el alcohol y el tabaco, los servicios y los bienes industriales no energéticos. En concreto, los precios de la energía subieron un 34,9% (frente al 41,5% de octubre), los alimentos frescos, un 13,8% (frente al 15,5%), los servicios, un 4,2% (frente al 4,3%) y los bienes industriales no energéticos se mantuvieron en el 6,1%.

Por países, en comparación con octubre, la inflación anual bajó en 16 Estados miembros, se mantuvo estable en tres y subió en ocho. Las tasas anuales más bajas se registraron en España (6,7%), Francia (7,1%) y Malta (7,2%), mientras que las tasas anuales más altas fueron en Hungría (23,1%), Letonia (21,7%), Estonia y Lituania (21,4%).

En toda la Unión Europea (UE), la tasa de inflación interanual también se ralentizó en noviembre, hasta el 11,1%.

De este modo, la inflación se sigue colocando muy por encima del objetivo del Banco Central Europeo (BCE), que este jueves volvió a subir los tipos de interés, que ya están en el 2,5%. También revisó sus previsiones y ahora vaticina un incremento de la inflación mayor al esperado a lo largo de 2023.

Así, el organismo estima que la inflación se situará en promedio en el 8,4% en 2022 (en septiembre apostaban por un 8,7%) y que disminuirá hasta el 6,3% en 2023 (la anterior previsión era del 5,5%). Posteriormente, se proyecta que la inflación será, en promedio, del 3,4% en 2024 y del 2,3% en 2025.

"Son cifras incómodas para el BCE", dicen los analistas de Pantheon Macroeconomics, que creen que la cuestión clave en este contexto respecto a los datos de inflación "es si es probable que el BCE obtenga alguna información en los próximos meses que le haga replantearse su postura". "Lo dudamos", aseguran.

Prevén una inflación de entre el 9% y el 10% hasta febrero, antes de una caída a entre el 7% y el 8% en primavera. En cuanto a la inflación subyacente, calculan que se mantendrá en torno al 5% al menos hasta abril, "lo que bastará para que el BCE adopte medidas". Esperan que el banco central suba sus tipos de interés oficiales 50 puntos básicos en febrero y marzo y que continúe el segundo trimestre con dos subidas de 25 puntos básicos en mayo y junio.

"Vemos entonces un margen significativo para un giro moderado del BCE en la segunda mitad de 2023. Según nuestras nuevas previsiones, la inflación subyacente caerá bruscamente en el segundo semestre de 2023, hasta el 2%, ampliando el descenso en 2024 hasta el 1,5% a mediados de ese año. En consecuencia, prevemos ahora cuatro recortes de tipos de 25 puntos básicos en 2024", añaden.

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