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EUROPA PRESS - Archivo

Es poco probable que el ahorro acumulado por los hogares de la zona euro provoque un impulso del consumo privado. Así lo creen los expertos de Oxford Economics. La concentración en sectores de altos ingresos, la inflación, la subida de los tipos de interés y la incertidumbre que rodea el sector bancario se encuentran entre las razones por las que se optará por mantener el colchón de ahorro como medida de precaución.

"Creemos que los hogares de la eurozona se mostrarán reacios a aprovechar el stock de ahorro de 1 billón de euros (8% del PIB) acumulado durante los años azotados por la pandemia, al menos a corto plazo, lo que significa que el impulso al consumo privado será limitado", aseguran en un reciente informe.

Con datos del cuarto trimestre de 2022, el índice de ahorro en la eurozona se coloca todavía por encima del promedio anterior a la pandemia, e incluso aumentando.

Los analistas consideran que si se gastara solo una fracción de estos ahorros, "daría un impulso significativo a la demanda y el consumo interno, además de frenar la dinámica desinflacionaria el próximo año". Sin embargo, hasta ahora, los hogares de la eurozona no se han mostrado dispuestos a desplegar su exceso de ahorro "y esperamos que esta reticencia persista en el corto plazo", dicen.

En Oxford Economics apuntan a tres factores clave que sustentan esta renuncia a implementar rápidamente el exceso de ahorro. En primer lugar está que, precisamente, este exceso de ahorro se concentra entre los hogares de altos ingresos, que tienden a suavizar el consumo a lo largo del tiempo. Además, se encuentra principalmente en activos ilíquidos para compensar la inflación. "Como los hogares de mayores ingresos no necesitan aprovechar sus ahorros, una gran parte no se mantiene en efectivo o en cuenta corriente".

En segundo lugar señalan al aumento de los tipos de interés. Como explican, durante los años anteriores a la pandemia, las tasas se encontraban estancadas, con lo que el interés de los depósitos era prácticamente inexistente. "Esto hizo que los ahorros fueran una propuesta mucho menos atractiva". Ahora, con el Banco Central Europeo (BCE) sumido en una espiral alcista, "los rendimientos de los ahorros son repentinamente mucho más altos".

"Sin embargo, esta dinámica podría verse debilitada por el hecho de que, al menos hasta ahora, los bancos han tardado bastante en trasladar la tasa de política más alta a las tasas de depósito. Esto se debe a que los bancos aún no necesitan competir por los depósitos como fuente de financiamiento debido al exceso de liquidez en el sistema bancario", matizan los expertos.

Por último, en tercer lugar, la creciente incertidumbre laboral. Por el momento, se ha mostrado fuerte, con la tasa de paro cayendo a mínimo histórico, los analistas vaticinan que el mercado laboral sufra algún daño en 2023, aunque sea pequeño según los estándares históricos, dado que la incertidumbre económica es alta. "Esperamos que la tasa de desempleo repunte levemente en 2023 y comience a disminuir nuevamente en 2024. De manera similar, aunque no es un auge en ningún momento, el crecimiento de la eurozona debería recuperar cierto impulso en el segundo semestre de 2024 después de un lento 2023. Ambos factores deberían aliviar la incertidumbre laboral, reduciendo la necesidad de ahorros precautorios", afirman.

A esto se añade la incertidumbre que rodea al sector bancario, que anima a conservar el colchón de ahorro acumulado. "Esperamos que la agitación actual en el sector financiero se sume a los temores de desempleo. En estas situaciones, los hogares tienden a acumular un colchón anticíclico de ahorro precautorio para asegurarse contra la pérdida del empleo y el exceso de ahorro existente podría formar parte de eso", concluyen.

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