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El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos.EUROPA PRESS

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha expresado su confianza en que la tasa de inflación de la eurozona comenzará a moderarse en el último trimestre del año, que cerrará en niveles próximos al 6%, frente al 8,1% registrado en mayo, mientras que se prevé que la economía de la región siga perdiendo impulso.

"En los próximos meses creo que es claro que tendremos alta inflación, que empezará a disminuir en el último trimestre y cerrar alrededor del 6%", ha señalado Guindos en un coloquio organizado por UBS. "No es el marco ideal para la política monetaria", ha admitido.

En este sentido, ha defendido que, mientras que se ha registrado un incremento de las expectativas de inflación para la eurozona, estas aún no se han desanclado, señalando que para 2024 las previsiones apuntan a una tasa levemente por encima del objetivo de estabilidad a medio plazo del 2%.

"Mi preocupación es sobre los efectos de segunda ronda", ha advertido Guindos, señalando que se han empezado a ver demandas de subidas salariales que pueden acabar haciendo más persistente la inflación, lo que provocaría una reacción diferente de la política monetaria que si la evolución salarial avanza de acuerdo con la estabilidad de precios a medio plazo.

"Tenemos que ser muy cuidadosos, de momento la situación es moderada, pero evitar esta espiral es crucial", ha subrayado.

En cualquier caso, el economista español ha recordado el compromiso "firme" del BCE con el mandato de estabilidad de precios, que se traducirá en una primera subida de tipos de interés en julio de 25 puntos básicos y que en septiembre, dependiendo de los datos, volverán a subir incluso en mayor proporción.

"Veremos como evolucionan los datos, vamos a tener unos meses difíciles por delante porque la inflación seguirá elevada unos meses y la economía perderá impulso", ha apuntado, recordando que la Reserva Federal de Estados Unidos comenzó a normalizar su política con una primera subida de 25 puntos básicos antes de subir 50 puntos básicos.

"Los banqueros centrales son más populares cuando luchan contra la deflación que cuando luchan contra la inflación", ha reconocido Guindos. "No estamos aquí para ser populares", ha apostillado.

ANTIFRAGMENTACIÓN

Por otro lado, el vicepresidente del BCE ha subrayado el compromiso del banco central contra la fragmentación de los mercados de la zona euro, ya que esto va en detrimento de la adecuada transmisión de la política monetaria del BCE,

"Estamos comprometidos con un instrumento antifragmentación, del que la reinversión de vencimientos será la primera línea de defensa y que estamos diseñando una herramienta más concreta", ha señalado Guindos, con la esperanza de poder disponer del mismo "con rapidez".

A este respecto, ha reiterado que disponer de un instrumentos así "realmente poderoso" liberará a la política monetaria, que podrá así focalizarse en la inflación. "Si dispones de dos instrumentos, la política monetaria puede centrarse en la inflación", ha defendido.

Por otro lado, el banquero central ha asegurado que la institución aún no ha comenzado a discutir sobre la reducción de su balance, algo que espera llevar a cabo en el curso de los próximos cinco años y que sería una buena noticia sobre la situación de la economía.

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