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El vicepresidente del BCE, Luis de GuindosBCE - Archivo

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, cree que la economía española podría "aprovechar el tirón de la economía global" siempre que mantenga la solvencia del sector bancario y la competitividad económica. De cumplirse estos parámetros, "el crecimiento económico se sostendrá en el tiempo y volveremos a crecer el 2% o el 3%" anual.

Así lo ha asegurado De Guindos en un evento virtual organizado por la Asociación Española de Consultores de Empresas (Aecem) y la CEOE. En él ha añadido que "la economía española sigue siendo competitiva" a pesar de la crisis, ha subrayado, lo que supone una ventaja en un momento en que la economía mundial va a crecer.

De Guindos también ha destacado la necesidad de aumentar el tamaño de las empresas españolas, que son muy pequeñas y excesivamente dependientes de la financiación bancaria y tienen poco capital y unos niveles de gobernanza "que no son los más adecuados".

Entre las principales recomendaciones de De Guindos para la economía española ha destacado "buscar espacio fiscal, buscar mejor gobernanza económica y eliminar trabas para que las empresas puedan ganar tamaño y mantener la competitividad de la economía española y la solvencia del sistema bancario", aunque admite que se pueden aplicar a cualquier país de la UE.

En este cometido ayudarán los fondos europeos, a cuyo retraso ha restado importancia porque no están pensados para cubrir "gasto corriente" sino para cambiar la estructura económica europea a través de proyectos de inversión con "efecto a medio y largo plazo".

Por lo que respecta a la situación económica, el vicepresidente el BCE ha admitido que el primer trimestre será "peor de lo que habíamos proyectado inicialmente", ya que la eurozona cerrará con contracción o crecimiento "próximo a cero", para después pasar a un segundo trimestre "de transición" y crecer con fuerza en la segunda mitad del año gracias a la vacunación.

Por ello, ha destacado la importancia de mantener las medidas de apoyo presupuestario y monetario mientras lo requiera la situación económica y ha pedido que su retirada se realice de manera "prudente y gradual" para evitar que frene la recuperación. Al mismo tiempo, ha puntualizado, hay que lograr un equilibrio para "evitar la zombificación de la zona euro", es decir, para que las ayudas mantengan en funcionamiento empresas que no son viables.

PIDE REFORMAS "SERIAS"

El vicepresidente del BCE ha subrayado la importancia de que el dinero del fondo de recuperación europeo fluya con la mayor rapidez posible, pero ha advertido también de que deben evitarse planteamientos cortoplacistas al respecto, puesto que sería un error considerar esta financiación como una ayuda coyuntural al gasto en vez de un instrumento de cara a la transformación a medio y largo plazo de la economía.

"Es importante reducir estas divergencias, y ahí el fondo va a jugar un papel importante", ha apuntado. De este modo, ha considerado fundamental que no haya retrasos más allá de lo imprescindible en su puesta en marcha, aunque ha señalado que los programas que serán presentados por los gobiernos "tendrán efectos a medio y largo plazo" para ayudar a que la economía europea sea más competitiva y productiva, con un mayor componente digital y de lucha contra el cambio climático.

En este sentido, ha advertido de que no se deben interpretar estos fondos como ayuda coyuntural para cubrir gasto corriente, sino que deberán estar ligados a reformas "serias" y proyectos cuya implementación y efectos llevarán tiempo. "Si interpretamos estos fondos como una ayuda coyuntural al gasto corriente creo que nos estaríamos equivocando. Estos fondos vienen ligados a reformas económicas serias que incrementen la capacidad de la economía a medio y largo plazo y también a proyectos de inversión que no van a producir sus efectos mañana o pasado mañana", ha advertido. "Es importante que el fondo se ponga en ese contexto de reformas estructurales y que evitemos un planteamiento cortoplacista", ha apostillado.

ZONA EURO

La reactivación de la zona euro en el arranque de 2021 se ha visto frenada por la materialización de riesgos a la baja, por lo que el comportamiento del PIB será más débil de lo esperado e incluso podría ser negativo, lo que deja un "sabor agridulce" ante la mejora de las perspectivas, ha dicho.

"Si tenemos que equivocarnos, mejor que lo hagamos por el lado de la prudencia que por el de una retirada excesivamente rápida", ha indicado el economista durante su intervención en un seminario digital organizado por la Asociación Española de Consultores de Empresa (AECEM), donde ha reiterado que el crecimiento del PIB de la zona euro en el primer trimestre "podría ser negativo o próximo a cero".

"En Europa nos encontramos con una especie de sabor agridulce, ya que, mientras que los riesgos a la baja en el primer trimestre han sido peores de lo proyectado inicialmente, sin embargo a medio plazo están más equilibrados y podrían ser al alza", ha señalado Guindos, quien anticipa un segundo trimestre "de transición" en la zona euro y un fuerte repunte del crecimiento en el segundo semestre a medida que se alcance la inmunidad de grupo.

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