macron-vigilant-sur-l-independance-des-journalistes
El presidente francés, Emmanuel Macron.

Francia ha pasado a formar parte, de forma oficial, del grupo de problemas que presionan actualmente a los mercados. Y lo ha hecho después de que Emmanuel Macron, en un intento desesperado por mantener la estabilidad política, haya "adelantado la Navidad", como señalan irónicamente muchos expertos, con sus 'regalos'.

El presidente francés, para apaciguar a los conocidos como 'chalecos amarillos' e intentar poner fin a las protestas que están asolando el país, ha dejado a un lado sus impopulares reformas y ha anunciado medidas sociales. Así, en 2019 el salario mínimo subirá cien euros mensuales; el pago de las horas extra y de las primas de final de año quedarán libres de impuestos; y la subida impositiva prevista para el próximo año queda anulada para los pensionistas que cobren menos de 2.000 euros mensuales.

"Esta fiesta del gasto disparará el déficit de Francia mucho más de lo que permiten las reglas presupuestarias de la UE", avisa Bart Hordijk, experto de Monex Europe

Macron comenzó su mandato implementando una impopular reforma laboral y reduciendo los impuestos a las empresas. Más recientemente, el presidente francés anunció una subida de impuestos mediambientales (a los carburantes), que ha sido la causante del estallido social, lo que ha provocado que sea aplazada. Asimismo, Emmanuel Macron tiene en su punto de mira llevar a cabo modificaciones en las pensiones. Los expertos reconocen que todas estas reformas son "dolorosas e impopulares", pero al mismo tiempo advierten del efecto de no llevarlas a cabo sobre la economía francesa.

"Sin reformas, la economía francesa es menos atractiva para los inversores", afirman desde RaboBank, al tiempo que señalan que resulta "decepcionante" esta forma de actuar de Macron para unos inversores que ya están preocupados por lo que está ocurriendo en Italia.

"Sin el apoyo popular, es posible que Macron no sea capaz de ampliar su programa para acelerar la integración de la Unión Europea, sobre todo teniendo en cuenta que la canciller Merkel ha vuelto a centrarse en la política nacional alemana en los últimos meses", avisan desde RaboBank, y advierten del riesgo de que toda esta tensión política se refleje en las elecciones al Parlamento Europeo de primavera.

UN ESPALDARAZO PARA ITALIA

Las medidas sociales anunciadas por Macron, además de alejar a Francia de los directrices europeas, dan alas a las polémicas demandas de Italia. Michael Hewson, responsable de análisis de CMC Capital Markets, cree que lo que ha hecho Francia "es una buena noticia para Italia". "El único problema con esto es que hará estallar un gran agujero en el presupuesto francés y lo elevará al 3,5% del PIB", añade inmediatamente.

"Los 'caramelos de Macron tienen un coste. Su importe asciende a 10.000 millones de euros o un poco más, lo que equivale al 0,4% del PIB. Sumado a los 4.000 millones de euros ya anunciados para cancelar la subida del impuesto sobre el combustible, esto podría hacer que el déficit de 2019 pasara del 2,8% al 3,4% del PIB, a menos que se compense con ahorros, que serán difíciles de encontrar", explica Kallum Pickering, economista senior de Berenberg.

Los analistas avisan de que este comportamiento de Francia "es algo que Bruselas no podrá ignorar", especialmente teniendo en cuenta que prevé sancionar a Italia por un presupuesto muy inferior. El comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, ya adelantó este martes que Bruselas seguirá "de cerca" el déficit francés tras los anuncios de Macron.

"Es posible que la Navidad haya llegado pronto para Salvini y Di Maio, que pretenden obligar a la UE a dar marcha atrás en la aplicación de un procedimiento de déficit excesivo contra el Gobierno italiano", añade Hewson. Bart Hordijk, analista de Monex Europe, avisa de que la reacción de los vecinos italianos todavía está por ver. "Por un lado, puede que se sientan celosos si se permite que Francia gaste sin control pero, al mismo tiempo, su regalo puede ser un nuevo aliado en sus protestas contra las reglas presupuestarias de la UE". Según Hordijk, "esta fiesta del gasto disparará el déficit de Francia mucho más de lo que permiten las reglas presupuestarias de la UE".

Con todo, desde Berenberg precisan que la diferencia clave entre Italia y Francia es que el segundo está recortando los impuestos y gastando algo de dinero para llevar a cabo reformas que favorezcan el crecimiento de la oferta. "Italia está gastando más dinero para hacer exactamente lo contrario", concluyen.

Está previsto que el primer ministro italiano, Guiseppe Conte, se reúna este miércoles con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, para intentar llegar a un acuerdo sobre los presupuestos del país.

Noticias relacionadas

contador