Francia cerró 2022 con una desaceleración de su economía. El Producto Interior Bruto (PIB) creció apenas un 2,6%, después del avance del 6,8% en 2021, según la primera estimación publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (Insee), que achaca el dato a la caída del consumo.
"Esta cifra es consecuencia principalmente del repunte de la actividad en el segundo y tercer trimestre de 2021, al término de la crisis sanitaria. El crecimiento intertrimestral fue entonces mucho menos dinámico durante 2022", explica.
En el cuarto trimestre del pasado año, Francia registró un crecimiento de su PIB de solo el 0,1%, ralentizándose ligeramente respecto al aumento del 0,2% del tercer trimestre.
Por sectores, la demanda interna final (excluidas las existencias) contribuyó negativamente al crecimiento este trimestre (-0,2 puntos), debido a una fuerte caída del consumo de los hogares (-0,9%). La formación bruta de capital fijo (FBCF) se desaceleró (+0,8%), pero se mantuvo dinámica.
Por el contrario, el comercio exterior contribuyó positivamente al crecimiento del PIB (+0,5 puntos), tras una aportación negativa en el trimestre anterior. Las importaciones cayeron con fuerza (-1,9%), más que las exportaciones (-0,3%). Finalmente, la contribución de la variación de existencias a la variación del PIB es negativa este trimestre (-0,2 puntos).
"La economía francesa logró un tibio crecimiento a finales de 2022, a pesar de la crisis energética en curso, debido casi exclusivamente a un repunte de la demanda exterior", comentan los analistas de Pantheon Macroeconomics.
