ep una calle de la capital donde transeuntes realizan compras de primera necesidad en los pocos
Marta Fernández Jara - Europa Press

La economía de la zona euro continuó en mayo sumida en su desaceleración más profunda jamás registrada debido a que siguieron las medidas adoptadas para controlar el brote del COVID-19. Sin embargo, el declive económico empieza a mostrar signos de atenuación a la vez que se relajan las medidas de confinamiento en algunos sectores económicos.

Según el índice PMI publicado este jueves y elaborado por la consultora Markit, la Actividad Total de la zona euro aumentó desde su mínima récord de 13,6 registrada en abril a 30,5 en mayo, máximos desde febrero pasado. Al permanecer muy por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50, el índice registró la tercera caída mensual consecutiva de la actividad total y siguió indicando un ritmo de contracción superior a todo lo observado con anterioridad al brote de la COVID19. La mínima anterior, de 36,2, se registró durante el peor momento de la crisis financiera mundial, en febrero de 2009.

Una vez más la pandemia fue la causa mencionada más frecuentemente, y con creces, de la reducción de la actividad total, debida a los cierres generalizados de empresas no esenciales, los trastornos en las cadenas de suministro y la reducción de la demanda de una amplia variedad de productos y servicios. Sin embargo, el alza del índice PMI reveló un ritmo de contracción intensamente más lento que el del derrumbe récord de abril. Los ritmos de declive se atenuaron tanto en el sector servicios como en el sector manufacturero, reflejando una reducción del número de empresas que indicaron una disminución de la actividad/producción y un aumento del número de firmas que señalaron una mejora.

Por su parte, el índice de actividad comercial del sector servicios repuntó del nivel 12 registrado en abril a 28,7, máximos desde febrero pasado, pero el distanciamiento social y otras medidas a raíz del confinamiento por el coronavirus siguieron afectando con especial rigor a las empresas de sectores como el de hoteles, restaurantes, viajes y turismo y a otras empresas de servicios de cara al consumidor, lo que se tradujo en el tercer mayor declive de la historia del estudio. Mientras tanto, el índice de producción del sector manufacturero aumentó de 18,1 registrado en abril a 35,4 en mayo, aunque igualmente registró un intenso ritmo de declive.

En consecuencia, el empleo siguió sufriendo recortes a una tasa sin precedentes antes del confinamiento por la COVID-19, y el ritmo de disminución de las plantillas se atenuó apenas modestamente frente al récord de abril. Se observaron tasas similares de recortes de empleo en el sector servicios y en el manufacturero, puesto que las firmas de ambos sectores optaron por reducir su capacidad en respuesta a la debilidad de la demanda.

Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) redujeron la necesidad de recortar las plantillas a corto plazo, pero la retención de los empleados a más largo plazo dependerá de la velocidad con la que se repongan las carteras de pedidos. Los volúmenes de pedidos por completar volvieron a caer intensamente en mayo, registrando el segundo deterioro más marcado de la historia del estudio.

LA DESACELERACIÓN PUEDE HABER PASADO SU PEOR MOMENTO

Los indicadores a futuro han mejorado, aunque solamente con respecto a niveles bajos. Los niveles de nuevos pedidos recibidos cayeron con la tercera mayor intensidad de la historia del estudio debido a que la demanda siguió desplomándose tanto en el sector manufacturero como en el sector servicios, aunque indicó el menor declive de los tres últimos meses, sumándose a los indicios de que la desaceleración puede haber pasado su peor momento.

Por otra parte, las expectativas de actividad/producción para los próximos doce meses aumentaron por segundo mes consecutivo frente a la mínima histórica de marzo, aunque el número de pesimistas sigue superando al de los optimistas y el sentimiento en general siguió siendo el peor registrado antes de la pandemia.

Los precios medios cobrados por los productos y servicios cayeron intensamente por tercer mes consecutivo mientras las empresas ofrecieron descuentos para ayudar a fomentar las ventas, registrando una de las caídas mensuales más significativas de la historia del estudio. Mientras que la tasa de recorte de precios se atenuó ligeramente en el sector servicios, los precios cobrados por los productos siguieron reduciéndose al ritmo más acelerado desde octubre de 2009.

Una vez más, las reducciones de precios a menudo se vieron facilitadas por una reducción de los costes. Tras caer en abril a un ritmo no observado desde julio de 2009, los costes volvieron a caer intensamente en mayo. El ritmo de declive apenas se moderó ligeramente en el sector servicios, pero alcanzó su caída más acelerada en más de cuatro años en el sector manufacturero.

Por países, se observa que las tasas de declive de la actividad total se atenuaron en Francia y Alemania, además de hacerlo colectivamente en el resto de la región, frente a las caídas sin precedentes observadas en abril, aunque en todos los casos siguieron siendo las más marcadas que en cualquier otro momento anterior al brote de la COVID-19. Alemania volvió a registrar una desaceleración modestamente más leve que Francia, mientras que en el resto de la zona euro se observó el declive más intenso.

Desde Markit comentan que "la zona euro ha registrado un nuevo desplome de la actividad comercial en mayo, pero al menos los datos de la encuesta mostraron signos alentadores de que probablemente la desaceleración haya tocado fondo en abril". "De todos modos, probablemente el PIB del segundo trimestre caiga aproximadamente un 10% en comparación con el primer trimestre, pero el alza del índice PMI aumenta las expectativas de que la desaceleración debería seguir moderándose a medida que se levantan más restricciones del confinamiento hacia el verano".

Añaden que "todos los países de la zona euro han relajado sus medidas para contener la propagación de la COVID-19 en alguna medida en mayo, ayudando a moderar la tasa de declive económico en general. Sin embargo, mientras que se anticipa un mayor relajamiento de las restricciones en los meses venideros, es probable que algunas medidas de contención del virus continúen hasta que se encuentre un tratamiento eficaz o una vacuna".

"A estas preocupaciones se suma la probabilidad de que la demanda siga extremadamente débil durante un periodo prolongado, ejerciendo más presión en las empresas para reducir el empleo más drásticamente a medida que los programas de ayuda de los gobiernos llegan a su fin. Por lo tanto, prevemos que el PIB se desplome en casi un 9% en 2020 y que la recuperación total lleve varios años", concluyen.

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