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La economía española sigue creciendo, pero se está desacelerado y se enfrenta a varios riesgos que la hacen temblar. El aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y los cambios en las condiciones de los alquileres ya han afectado al PIB, y también la incertidumbre por las elecciones. Aunque no son las únicas causas que preocupan. La caída del consumo acabará mermando también a un sector, el de la automoción, clave para España.

Esas son las conclusiones de los expertos de BBVA Research, que acaban de actualizar sus previsiones en el informe 'Situación España', en el que rebajan el crecimiento del PIB para este año al 2,2% y al 1,9% en 2020. Según explican, uno de los factores que más ha influido en su decisión es la incertidumbre política y económica por el nuevo ciclo electoral que hay por delante. El 28 de abril se celebran las elecciones generales, y un mes después, el 26 de mayo, los españoles están de nuevo llamados a las urnas para votar en las municipales, autonómicas y europeas. Las dudas sobre el mapa político que saldrá de estas citas "continúa afectando de manera negativa al desempeño de la actividad", después de varios años de incertidumbre por la fragmentación política y por el órdago independentista en Cataluña.

Según BBVA, la incertidumbre política "restará dos décimas del PIB en 2019", aunque si se repite lo visto en anteriores elecciones (dificultad para formar Gobierno y llegar a acuerdos) no descarta que eso acabase por restar "una o dos décimas más" al crecimiento económico, lo que en total se traduciría en unos 5.000 millones de euros menos. "Será clave la capacidad de llegar a acuerdos sobre las medidas necesarias para continuar con la recuperación y mejorar el funcionamiento de la economía a largo plazo", dice la entidad en el mencionado informe, en el que destaca que la dilación de los acuerdos y medidas que ayuden a "continuar con el tono expansivo" podría derivar en un nivel de incertidumbre "más elevado" y, en consecuencia, "en un mayor impacto negativo sobre la actividad". Tanto que, como reconocía este lunes Jorge Sicilia, director de BBVA Research, en la presentación del informe, "si cambian las condiciones, reevaluaríamos la situación". Es decir, que se podrían reducir aún más las previsiones.

Aunque no solo la política va a influir para mal en el PIB. La incertidumbre en torno a nuevas medidas como el aumento del SMI o la modificación de las condiciones del alquiler también afectarán la marcha de la economía española. Sobre el SMI, los expertos del banco señalan que su efecto positivo sobre la demanda "irá en descenso a medida que el impacto negativo sobre el empleo aumente" en los próximos meses. Aunque reconoce que el impacto real aún es una "incógnita", dado que la medida solo lleva en vigor tres meses, sí se observa un "impacto limitado en el empleo y la actividad a corto plazo", sobre todo en colectivos vulnerables.

Los datos hasta marzo sugieren un "peor desempeño de la afiliación a la Seguridad Social" de los jóvenes, los ocupados en comercio y hostelería (actividades de servicios tradicionalmente de bajos salarios), y los residentes en Andalucía, Canarias, Extremadura y la Región de Murcia. De hecho, BBVA estima que la desaceleración del PIB y las repercusiones del aumento del SMI "limitarán la creación de empleo hasta el 2% este año". Por ello, cree que es importante que el Gobierno que salga de las urnas intente "potenciar la empleabilidad de los colectivos que pueden verse más afectados por la subida salarial".

Y sobre las nueva normativa del alquiler, el banco dice que puede afectar a la inversión en vivienda y, por ende, al crecimiento del PIB. Los cambios regulatorios "aumentan la incertidumbre jurídica para el arrendador", lo que podría impactar en la oferta de alquileres, y también "reducen los incentivos para la entrada de grandes inversores y vuelven menos atractiva la compra en regiones con exposición al turismo", aquejadas a su vez por el cada vez menor flujo de visitantes extranjeros ante la recuperación de otros destinos competidores.

EL SECTOR AUTOMOTRIZ, EN EL PUNTO DE MIRA

Además, BBVA pone en el punto de mira al sector automotriz español. Explica que la incertidumbre va a deteriorar las perspectivas de los hogares sobre la situación económica, lo que va a afectar directamente al consumo, especialmente la compra de coches. La entidad estima, de hecho, que las matriculaciones en España pasarán de los 110.000 coches mensuales en 2018 a los 103.000 este año y 96.000 a largo plazo. Hay una "desaceleración", lo que unido a la debilidad de las exportaciones (gran parte de la producción se manda al extranjero), puede ser fatal.

El del automóvil es un sector clave para la economía española, por lo que los cambios regulatorios sobre emisiones que prepara Bruselas incidirán en la marcha del sector y "podrían pesar sobre la evolución de la demanda", lo que limitará su capacidad para continuar aportando crecimiento del empleo. Aunque los problemas no acaban ahí, ya que según alerta el banco las negociaciones entre EEUU y la Unión Europea sobre los aranceles que podrían afectar a la exportación de vehículos también es otro elemento más de incertidumbre que pesa sobre el sector. Todo esto, dicen los expertos de BBVA Research, "condicionará las decisiones de inversión".

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