• El banco central ha cumplido con las expectativas de los analistas e inversores y ha cambiado la guía hacia los mercados
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Si de algo pueden estar seguros los operadores del mercado de las divisas es que esta semana está siendo cualquier cosa menos aburrida. Italia, Alemania, la guerra comercial de Trump, la dimisión del principal consejero económico de la Casa Blanca, Gary Cohn, y, como colofón, la reunión del Banco Central Europeo en la que la entidad presidida por Mario Draghi ha cumplido con el esperado cambio en su lenguaje. Y el euro ha reaccionado, pero no precisamente con subidas.

Después de un auge del 2,4% en una semana, la divisa europea ha calmado su avance durante la última sesión y ha goteado ligéramente a la baja, hacia los 1,2360 dólares, antes de publicarse el comunicado de la decisión de política monetaria de la entidad en su reunión de marzo. Pero después de revelarse que el banco central ha cumplido con las expectativas de los analistas e inversores y ha cambiado la guía hacia los mercados, en otro claro paso hacia la futura retirada de los estímulos más extraordinarios, los relativos a las compras de activos, ha vuelto a saltar por encima de los 1,24 dólares.

Hasta la fecha, el BCE incluía en su orientación de expectativas ('forward guidance') que "si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación, el Consejo de Gobierno está preparado para ampliar el volumen y/o la duración del programa de compras de activo". Ahora, sin embargo, ha eliminado "por unanimidad", ha señalado Draghi, esta mención del comunicado oficial, con lo que descarta reforzar las compras de deuda. Era lo previsto y confirma así la impresión de que las compras de deuda en el mercado terminarán en septiembre.

Sin embargo, durante el turno del banquero central, el euro no ha sido capaz de afianzar su cotización y se ha desplomado camino a los 1,2350 dólares porque, a pesar de que la entidad ha mejorado sus perspectivas de crecimiento para la Eurozona, las nuevas previsiones del BCE confirman la ausencia de auténticas presiones inflacionistas. Y, por lo tanto, garantiza que la futura retirada de los estímulos será gradual. Mantiene su previsión de inflación en el 1,4% para 2018, reduce una décima, del 1,5% al 1,4%, la de 2019 y tampoco cambia la de 2020, que permanece en el 1,7%.

Por otra parte, y tal como se esperaba, el BCE no ha tocado el núcleo duro de su política monetaria. Mantiene los tipos oficiales en el 0% y los de la facilidad de depósito en el -0,40%. Además, seguirá dedicando 30.000 millones de euros al mes a la compra de deuda en el mercado.

Contra la libra, el euro también ha moderado su tono, aunque sigue encapsulado en una fluctuación lateral entre las 0,8900 y las 0,8950 libras. Con respecto al yen, la divisa europea cede terreno desde los 132,00 yenes, máximos de una semana alcanzados el martes y se ubica en los 131,20 yenes.

La moneda nipona se ha depreciado también contra el dólar en las últimas horas, después de que el presidente de los EEUU, Donald Trump, haya dado un nuevo giro de guión a sus medidas proteccionistas y haya anunciado exenciones en los aranceles a las importaciones de acero y aluminio para México, Canadá y otros países. Este movimiento ha enviado una oleada de alivio a las principales plazas financieras, que se ha traducido en una recuperación del dólar, hasta los 106,40 yenes, aunque a esta hora vuelve a ceder por debajo de las 106,00 unidades. El índice que mide su desempeño contra seis rivales está estable sobre los 89,00 puntos.

No obstante, el 'billete verde' se ha visto frenado por las preocupaciones de que, igualmente, Trump se embarque en una guerra comercial en el largo plazo. Aunque “se plantea en algunas salas de trading la posibilidad de que la amenaza de los aranceles fuera una estrategia de negociación con sus socios, para conseguir mejores acuerdos, según el estilo de Trump de lanzar órdagos a la grande, a la chica , a los pares y al juego para llevarse unos amarracos y seguir el juego después como si no hubiera pasado nada”, escribe Ramón Morell, analista de ETX Capital Markets.

SIGUE EL 'TAM-TAM' DE GUERRA COMERCIAL

Otros expertos también indican que, si bien en el corto plazo, la presión desde este frente puede haberse aflojado -y además los mercados han digerido la renuncia del principal consejero económico de la Casa Blanca, Gary Cohn-, persiste la incertidumbre de que, en el largo plazo, EEUU entre de lleno en la ya mencionada guerra comercial. Y en tal caso, no les cabe ninguna duda que un dólar más barato es otra arma que la Casa Blanca no vacilará en usar, junto con la imposición de impuestos a las importaciones.

Por el momento, los socios del país norteamericano no se han quedado indiferentes y a las críticas de los países europeos se ha sumado China. La segunda potencia mundial ha anunciado que adoptará una respuesta necesaria en caso de una contienda en comercio exterior con Estados Unidos. De esta manera lo ha declarado el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, según recoge Reuters, quien advirtió que un enfrentamiento de este tipo solo dañaría a todas las partes.

No obstante, el yuan ha cedido terreno en las dos últimas jornadas contra la divisa estadounidense, después del máximo semanal en los 6,3090 yuanes alcanzados el martes. La atención también se centra en el dólar canadiense, que ha logrado remontar hasta las 1,2868 unidades, después del mínimo de ocho meses por encima de las 1,30 unidades del miércoles, y el peso mexicano remonta hasta los 18,6637 pesos desde las inmediaciones de los 19,00 pesos.

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